miércoles, 27 de febrero de 2008

Fenómeno y Noúmeno

¿Qué quiere decir la distinción kantiana entre fenómeno y noúmeno? Como se pueden definir estos conceptos?
Para Kant el "fenómeno" es el mundo como aparece y el "noúmeno" es el mundo tal y como lo podemos pensar cuando no es objeto de nuestra experiencia. Esta es una distinción básica. Pero Kant quiere fundamentar una ciencia sin caer en el determinismo que considera como un resultado necesario -e indeseable- de la ciencia moderna. Si el principio de causalidad de las ciencias es correcto, entonces está todo determinado necesariamente, lo que hacemos hoy y lo que pasará de aquí a mil años. Kant considera por un lado -contra Hume- que hemos de asumir la causalidad como una categoría necesaria por poner orden en el mundo y en las cosas tal y como nos aparecen. Pero, a la vez la categoría de "causalidad" no está en las cosas, sino que pertenezco a la razón humana. Nadie nos puede decir si al mundo noumènico (el mundo que no es objeto de experiencia, allá dónde no hay conocimiento humano) hay causalidad. El mundo del noúmeno no está, pues, limitado por la causalidad. A veces se dice que el fenómeno equivale al mundo sensible platònico y el noúmeno al mundo inteligible. Pero hay una diferencia importante: el mundo del noúmeno según Kant no conoce categorías, mientras que el mundo de las ideas de Platón se expresa según categorías (Bien, Eros, Unidad...). Las ideas platónicas son estructuras que no derivan de la experiencia pero hacen posible conocerla, mientras que para Kant el noúmeno es del todo incognoscible. Para Kant la experiencia, en cuanto que determinada por las categorías, que son un acto espontáneo de la razón humana, no expresa la realidad del mundo tal y como es. La realidad tal y como es, está más allá de la razón humana -y por esto dice "cosa en sí" o noúmeno. El noúmeno kantiano no fundamenta las categorías, mientras que el mundo de las ideas platónicas es el modelo del mundo sensible.

KANT Y LA CIENCIA

1. ¿En qué contexto histórico -en sentido amplio- debemos situar a Kant?
Kant nació a Königsberg y sus ideas, al menos hasta los últimos años de su vida, estaban muy influidas por el pietismo protestante. En el prefacio de la segunda edición de la CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA dijo aquello de "dejar de lado el saber para hacer un lugar a la fe". Pero, culturalmente, Kant se formó en la filosofía leibniziana-wolfiana, que no va a serle ningún problema hasta los cuarenta años, cuando la lectura de Hume lo despierta del "sueño dogmático". De una manera muy general se podría decir que Kant es un ilustrado, pero peculiar. Tenía una sensibilidad literaria muy limitada y una personalidad bastante rígida: no va sentirse nunca atraído por el lado "liberté" de las Luces (crítica al poder, ironía...).
Lo ilustrado en Kant es la obsesión por "clarificar" la razón. Él considera un escándalo que "el Siglo de la Razón" no haya podido lograr todavía un criterio coherente de racionalidad. La idea que todo se debe someter al "tribunal de la razón" es la esencia de las Luces. La razón debía ser "cosmopolita", universalista. En cierto modo, su filosofía moral es el resultado del encuentro -más que de la pugna- entre pietismo (rigorista) e Ilustración (autonomía moral, universalismo...).
2. Kant era contemporáneo de granos científicos como Newton, Alessandro Cerca, Galvani, Laplace, Lavoisier, Spallanzani, Fahrenheit. ¿Cuál es la influencia de los descubrimientos científicos, especialmente los de la física y la química, sobre su obra?
Es una influencia decisiva. El ejemplo del progreso científico es el que lo trae a dar a la filosofía una fundamentación objetiva, universal y necesaria. Pero, gracias a la lectura de Hume, sabía que la fundamentación de la ciencia no podía ser empírica, porque todo lo que es empírico es cambiante.
De aquí nace el problema de Kant: ¿cómo se puede fundar la validez de una ciencia (que ha conseguido grandes éxitos) sobre una filosofía que todavía continúa discutiendo aquello que planteaban Platón y Aristóteles y que nunca se pone de acuerdo sobre casi nada? Kant piensa que el puro progreso de una ciencia no la justifica, en cuanto que tal, sino que se necesita una clase de "metateoria" (una teoría general de la razón) al si de la cual se haga comprensible el progreso de las ciencias -y de la razón, en general. En definitiva: un hecho no vale por una teoría. Pero tampoco se puede hacer filosofía contra la ciencia. Esto acabaría produciendo el que denomina un "entusiasmo subjetivo" (la subjetividad romántica), lejano a la objetividad de la razón. Para Kant, la física es ciencia porque hay un Galileo o un Torriceli. A la primera CRÍTICA él se reivindica como un filósofo científico, que ha encontrado el recto camino por hacer una filosofía que definitivamente pueda ir del brazo con la ciencia y que, por lo tanto, ha encontrado el fundamento del saber. La originalidad de Kant es haber descubierto una teoría de la Razón que coordina ciencia (saber) y ética. Nos mostró que la ética -y específicamente una ética basada en la conciencia- necesita una visión integral del saber.
Kant era un buen conocedor de la física e incluso elaboró una teoría sobre el origen de los planetas (hipótesis Kant - Laplace) que actualmente algunos científicos han revaluado. Y de joven escribió un texto. Los PENSAMIENTOS SOBRE LA VERDADERA VALORACIÓN DE LAS FUERZAS FÍSICAS, que proponía un espacio de múltiples dimensiones. Kant era no sólo un filósofo de la ciencia sino un científico. Los textos científicos son más bien de la primera época, mientras que al final se interesó más por la ética y la política.

3. Por qué se llama "criticismo" la filosofía de Kant?
Kant identifica la filosofía con un "tribunal de la razón". La razón debe juzgar (críticamente) la pretensión de validez de todos los conocimientos. Los de la razón teorètica (ciencia) tanto como los de cariz moral, político. Kant el que quiere saber es si se pueden fundamentar los conocimientos humanos o si, por el contrario, hay algún conocimiento (en su caso: la metafísica) que no tiene fundamentación. Su análisis pretende averiguar si la pretensión de conocimiento racional tiene (o no) límites. Kant dice que ha introducido en la metafísica una revolución equivalente a la de Copèrnico en astronomía. Antes de Copèrnico, los científicos creían que el centro del universo era la Tierra y que todos los planetas giraban a su alrededor; a partir de él sabemos que nosotros no somos el centro y que la Tierra gira con todo el sistema. Del mismo modo, Kant afirma que antes de la filosofía crítica se pensaba que el conocimiento deriva de las categorías que usamos para comprender la realidad, entendidas como categorías objetivas, anteriores a nuestra conciencia. Kant muestra que las categorías que empleamos para ordenar el mundo son producto del sujeto: no hay categorías "objetivas" del mundo, sino una determinada forma a partir de la cual el sujeto se mueve y se regula -en la medida en qué es sujeto de experiencias. Pero al siglo XX muchos lectores de Kant consideraron que hace justamente el contrario que Copèrnico.
Darwin y Copèrnico expulsan el hombre del centro del universo: lo convierten en habitante de un planeta minúsculo y apartado -y en una consecuencia de la evolución. Kant, por el contrario, revaloriza el papel del humano, porque dice que el conocimiento es algo construido y que la realidad está completamente determinada por las categorías de la razón humana. El hombre no está al centro del universo desde un punto de vista cosmológico, pero sí desde la epistemològia. Es la razón humana, nos dice Kant, la que determina qué pueda ser objeto de nuestra experiencia, es decir, la que determina qué puede ser el mundo para nosotros.

B7-B10

1¿Por qué el uso de las categorías y principios puros ha de ser empírico y no trascendental?
MATERIAL FOTOCOPIA 7 1.B. Analítica trascendental: las categorías o conceptos puros del entendimiento.

El entendimiento es la capacidad de juzgar. Mediante los sentidos percibimos cosas, ahora bien, percibir algo nos significa comprenderlo. Es el entendimiento el lugar donde comprendemos las intuiciones suministradas por nuestra sensibilidad y la comprensión se manifiesta en los juicios.
El tipo de juicio más elemental une una intuición con un concepto, ejemplo “esto es un folio”. El concepto sintetiza una multiplicidad de intuiciones que nos suministran los sentidos: blanco, liso, plano, etc; multiplicidad de intuiciones que se dan en un “aquí” (espacio) y en un “ahora” (tiempo) concretos. Pero nosotros no decimos que estamos viendo un montón de intuiciones sensibles, sino un folio de apuntes, nos referimos a un concepto. Los conceptos son los que nos permiten expresar y comprender el mundo que nos rodea.
Supongamos ahora, por ejemplo, que se presenta ante nuestros sentidos un objeto extraño que nunca antes habíamos visto, ¿podremos pensar o comunicar alguna cosa de dicho objeto por el mero hecho de carecer de un concepto para poder pensarlo? Sí, sí que podremos, pues aunque no sea un libro o un gato, podremos decir de él que es UNA cosa y no muchas, o que es la CAUSA de que me haya detenido a examinarlo, o sencillamente que ese objeto EXISTE. La razón de que podamos hacer esto radica en que: hay ciertos conceptos que se pueden aplicar a todos las intuiciones porque son conceptos puros del entendimiento.
Kant distingue entre “conceptos empíricos”, son los que derivan de la experiencia como “gato” o “níspero” que construimos a partir de la comparación de distintos ejemplos por generalización; por tanto no son a priori, aprendemos a reconocer lo que es un níspero y diferenciarlo de cualquier otra cosa por la experiencia. Los otros conceptos son los “conceptos puros o categorías” y se poseen de manera trascendental, son las condiciones que deben cumplir todas las intuiciones para poder ser pensadas. Si no pienso mis intuiciones sensibles como perteneciendo, por ejemplo, a UNA cosa, UNA cosa diferenciada de las demás, entonces no puedo hablar de ellas con sentido; es decir, una forma, un color, un olor, etc, lo son de “algo”, de UNA cosa, se refieren a ella. Estos conceptos puros o categorías surgen de manera espontánea con la actividad del pensamiento, luego no precisan de la experiencia para poseerlos, son a priori.
Es preciso diferenciar las categorías de las ideas innatas de los racionalistas. Las categorías, por sí solas, no dan ningún tipo de conocimiento, sólo nos aportarán algún tipo de conocimiento si se refieren a alguna intuición de la experiencia. Las ideas innatas de los racionalistas se definían como conocimientos evidentes.
Kant distinguió entre el uso legítimo y el uso ilegítimo de las categorías. El uso legítimo es aquel que se realiza dentro del ámbito de la experiencia, es decir, cuando éstas se refieren a intuiciones sensibles; el ilegítimo, cuando se aplican más allá de los límites de la experiencia. Pongamos un ejemplo: podemos pensar con las categorías un ser como “el hombre invisible”, pero si no hay un grupo de intuiciones al que se refiere dicho concepto, entonces estamos haciendo un uso ilegítimo de las categorías (ilegítimo para hacer juicios científicos, se entiende; otra cosa es que sea un personaje de ficción). Por todo ello, Kant insistirá en esta idea: “las intuiciones sin conceptos son ciegas, los conceptos sin intuiciones vacíos.”
El número exacto de categorías que establece Kant son doce. Las categorías las deduce Kant de los juicios en la parte de su obra que llamó “Deducción trascendental de las categorías”.

2. Kant afirma que la metafísica tiene por objeto resolver los “inevitables problemas de la razón pura que son: Dios, libertad e inmortalidad.” ¿Qué se hace imprescindible para poder abordar correctamente esos problemas?
MATERIAL FOTOCOPIA 7 2. B.1 El idealismo trascendental: fenómeno y noúmeno.

Las categorías son los conceptos a través de los cuales podemos pensar los datos que nos proporcionan los sentidos en el espacio y el tiempo; cualquier otra aplicación, según Kant estaría rebasando los límites de la propia razón y sería un uso ilegítimo de ésta. Las categorías sólo tienen validez en su aplicación a la materia proporcionada por la sensibilidad: los fenómenos (aquello que se me aparece, que se me manifiesta y por tanto puede ser conocido). No pueden ser aplicadas a lo que está más allá de la experiencia, a aquellos de lo que no tenemos intuición. Por lo tanto, sólo podemos conocer aquello que sea fenómeno. Aquello que no es fenómeno, aquella realidad independiente del sujeto de la que no tenemos intuición sensible, le llama Kant noúmeno; como por ejemplo; Dios, la libertad, el alma, etc. La distinción fenómeno-noúmeno es paralela a la de conocer-pensar en el siguiente sentido: el fenómeno es aquello que podemos conocer, es más, sólo existe conocimiento de lo fenoménico; el noúmeno, por el contrario, puede ser pensado, pues puede pensarse todo aquello que no encierre contradicción, pero eso no significa que pueda ser conocido. No puede ser conocido porque carecemos de intuiciones sensibles a las que se refieran.
La distinción entre fenómeno y noúmeno es fundamental en el sistema kantiano. Define noúmeno como aquello “que no puede ser reconocido por la intuición sensible” Ya hemos señalado que el conocimiento comienza siempre con la intuición sensible, con la experiencia, entonces el noúmeno debe considerarse como lo que no podemos conocer. Sin embargo, y paradójicamente, puesto que no puede ser conocido, debemos reconocer su existencia, debemos reconocer, por ejemplo que fuera de nuestra mente existe una realidad independiente de nosotros de donde proceden nuestras intuiciones. No debemos confundir entre lo siguiente: que nosotros tengamos intuiciones sensibles en nuestro conocimiento, no significa que esas intuiciones sensibles de las que llegaremos a tener un conocimiento objetivo se correspondan tal cual con un mundo real.
Al noúmeno también le llama Kant: la cosa en sí. Pensemos que no es lo mismo que una cosa sea “para mí” (para un sujeto que conoce) a que sea “en sí” (tal como es, al margen de que haya alguien que la conozca). Lo que es para el sujeto que conoce es para mí, es lo fenoménico. Kant le llama así porque ese mundo es el que construimos desde las intuiciones sensibles aportadas por el propio mundo y lo que aporta el propio sujeto: las condiciones trascendentales (formas de la intuición y categorías). En definitiva, el conocimiento que tenemos del mundo, no es el de “el mundo en sí”, sino “el mundo para mí”. Por ejemplo, no podemos decir que el mundo en sí sea un mundo extenso o temporal, pues éstas son las formas que aporta el sujeto en la construcción de el mundo para mí. Pero, insistamos, nosotros sólo podemos conocer el mundo fenoménico, lo que es “para mí”. Las auténticas cualidades del mundo no las podemos conocer.
Podemos entender ahora por qué Kant llamó a su doctrina idealismo trascendental. Se llama idealismo porque lo que conocemos son representaciones de las cosas, no la cosa en sí o noúmeno. Trascendental porque lo que conocemos está condicionado por los elementos a priori (formas puras de la sensibilidad y del entendimiento) que son universales (válidas para todo sujeto racional) y que son trascendentales en el sentido de que hacen posible el conocimiento, pues son previos a toda forma de conocimiento.

viernes, 22 de febrero de 2008

Clasificación kantiana de los juicios.

Kant no acepta la dicotomía de Hume, según la cual los juicios legítimos sólo pueden ser relaciones entre ideas o cuestiones de hecho. Él piensa que estamos en posesión de juicios que no caen dentro de esta clasificación. Y así realiza las siguientes clasificaciones dentro de los juicios.
Juicios analíticos. Son los juicios en los cuales el significado de lo que se dice en el predicado está contenido en el significado de lo que se dice en el sujeto.
Por ejemplo, “El triciclo tiene tres ruedas, Los días lluviosos son días húmedos, Los solteros no están casados, El todo es mayor que sus partes etc.”.
En los juicios analíticos basta con analizar al sujeto para comprender si el predicado le conviene necesariamente, o no lo hace; y por tanto si la proposición es verdadera o falsa. Estos juicios no dan información alguna que amplíen el conocimiento; es decir, no enseñan nada nuevo. Un juicio es analítico si es lógicamente verdadero, o en otras palabras si su negación es lógicamente imposible ya que es autocontradictoria.
Por ejemplo, si afirmo que “los solteros están casados” me contradigo, ya que, por un lado afirmo que están casados, pero por otro, como ser soltero significa “no estar casado”, afirmo lo contrario, y así, me contradigo.
Juicios sintéticos. Son los juicios en los que el significado del predicado no está contenido en el del sujeto.
Por ejemplo: “la sal de cocina es soluble en agua”. En la noción de sal no se incluye que ésta sea soluble en agua, eso es algo que se descubre en la experiencia. Otro ejemplo sería: “La Tierra da vueltas alrededor del Sol”, etc.
En estos juicios sí se da una nueva información que amplía nuestro conocimiento. Además no son juicios lógicamente verdaderos, y por tanto su negación no es autocontradictoria.
Si afirmo que “la sal de cocina es soluble en agua” no afirmo algo que sea autocontradictorio, es decir, que sea contradictorio porque en el juicio se afirme algo y eso mismo se niegue. Es cierto que el juicio es falso, pero eso no lo podría saber analizando el significado de las palabras “sal de cocina”, “soluble” y “agua”.
Además de esa clasificación de analítico y sintético, los juicios pueden clasificarse en:
Juicios a priori, que son aquellos cuya verdad o falsedad pueda ser conocida independientemente de toda experiencia.
En realidad todos los juicios analíticos son juicios a priori, ya que si en el concepto del sujeto se encuentra afirmado, o negado, lo que dice el predicado, entonces podemos saber que son verdaderos o falsos sin tener que ir a la experiencia a comprobarlo.
Ahora bien, Kant pensará que aunque todos los juicios analíticos son a priori, existen juicios que siendo a priori no son analíticos.
Juicios a posteriori. Son aquellos cuya verdad o falsedad sólo puede determinarse a partir de la experiencia.
Todos los juicios a posteriori serán sintéticos. Aunque, de nuevo, Kant pensará que existen juicios sintéticos que no son a posteriori.
Dadas las anteriores clasificaciones podemos combinar las nociones de sintético y analítico con las de a priori y a posteriori, saliendo la clasificación definitiva de juicios que Kant propone. Y así tenemos:
Juicios analíticos a priori, que serían aquellos en los el significado del sujeto incluye el significado del predicado y que, por tanto, su valor de verdad se puede conocer sin tener que determinarlo a través de la experiencia. La negación de un juicio analítico a priori que sea verdadero es autocontradictoria; y viceversa, la negación de un juicio analítico a priori falso sería necesariamente verdadero.
Estos juicios son como las relaciones entre ideas de Hume.
La siguiente clase de juicios, la de los juicios analíticos a posteriori, no existe. La razón está en que tendrían que ser juicios en los que el significado del predicado estuviera contenido en el significado del sujeto, pero que no supiéramos su valor de verdad sin acudir a la experiencia.
Sin embargo, si sabemos lo que significa el sujeto, y el predicado se incluye dentro de éste, entonces podemos conocer su valor de verdad de forma a priori, y no a posteriori como tendría que ser si esta clase de juicios existiera.
Los juicios sintéticos a posteriori, son aquellos en los que el significado del sujeto no incluye el significado del predicado y que debemos establecer su valor de verdad yendo a la experiencia. Aquí estarían la mayoría de las proposiciones científicas de las ciencias naturales.
Estos juicios responden a las cuestiones de hecho de Hume.
Y por último estarían los juicios sintéticos a priori. Estos clase contendría aquellos juicios en los que el significado del predicado no incluye en el del sujeto, pero que, a pesar de lo cuál, podemos establecer su valor de verdad sin tener que ir a la experiencia.
¿Existen esos juicios?
Kant responderá a la pregunta desglosándola en partes. Considerará que la misma existencia de la matemática y de la física muestra que los juicios sintéticos a priori existen en ambas disciplinas; de hecho considera que todos los juicios matemáticos son de ese tipo, así como los principios de la ciencia física. Por eso más que investigar si existen juicios sintéticos a priori en matemáticas y en física habrá que analizar cómo es posible que existan. Ese análisis, referido a la matemática, lo lleva a cabo en la estética transcendental, y respecto a la ciencia física lo realiza en la analítica transcendental.
Hume hubiera rechazado la existencia de tales juicios. Sin embargo Kant piensa que esos juicios sintéticos a priori se encuentran en todas las ciencias teóricas, especialmente en las matemáticas
Y así, por ejemplo, aunque se podría pensar de entrada, como hubiera hecho Hume, que la proposición “7 + 5 = 12” es una proposición analítica porque en el concepto de “suma de 7 y 5” se encuentra incluido el de “12”, sin embargo, señala Kant, el concepto de “suma de 7 y 5” sólo contiene la idea de la unión de ambos números en uno solo, pero el concepto de “12”, no está aún pensado al pensar la unión de 7 y 5. Que 5 tenía que ser añadido a 7 sí está incluido, pero no que tal suma fuera igual a 12. Y por consiguiente, la proposición aritmética es sintética, cosa que se ve con mayor claridad cuando se escogen números mayores.
Del mismo modo con la geometría: “la línea recta es la más corta entre dos puntos” sería una proposición sintética según Kant.
Un ejemplo no matemático de estos juicios sería “todo cambio tiene una causa”; aquí en la idea de cambio no está que tenga que tener una causa, su negación no es autocontradictoria; es decir, que hubiera cambios sin causa no es autocontradictorio, y sin embargo podemos saber, dice Kant, sin ir a la experiencia, por tanto de forma a priori, que es un juicio verdadero.
También existen juicios sintéticos a priori en ética, pero su carácter de juicios prácticos y no teóricos hará que deje su análisis para otra obra [1].
Un ejemplo moral podría ser “asesinar es malo”, ya que, piensa Kant, sabemos que asesinar es malo, pero no por los efectos que en la experiencia pudiera tener, porque incluso aún siendo benéficos asesinar sigue estando mal; lo sabemos pues, a priori, aunque en el concepto de “asesinar” –quitar la vida a alguien de forma arbitraria- no estaría incluido que sea bueno o malo.
Y la cuestión terminará centrándose sobre si existen juicios sintéticos a priori en la metafísica. Kant responde a esta cuestión en la dialéctica transcendental.
El caso de la metafísica no será el mismo caso que el de la matemática y la ciencia física, ya que ambas evidentemente existen, aquí habrá que mostrar primero si la metafísica existe como ciencia, y la respuesta de Kant será negativa. La única metafísica aceptable es la metafísica crítica, que es la que afirma que la metafísica tradicional no existe como ciencia, ni es posible que exista como conocimiento.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Los juicios sintéticos a priori

En La Crítica de la razón pura somete Kant a crítica a la razón valiéndose de la razón misma, en una situación de examen previo a toda experiencia (razón pura). Tomando como ejemplo la denominada «revolución copernicana», sugiere que los problemas tradicionales de la filosofía se resuelven mejor adoptando, como hipótesis, el punto de vista de que el conocimiento no se rige por el objeto, sino éste por el conocimiento, ya que, aun admitiendo que todo conocimiento comienza por o con la experiencia, no todo proviene de ella. Por consiguiente, sólo se conoce cuando resulta posible imponer al objeto aquellos elementos a priori, propios del sujeto, que posibilitan un conocimiento universal y necesario. Toda la Crítica consiste en el análisis de estos elementos a priori, llamados elementos o condiciones trascendentales del conocimiento, a partir de los cua-les resulta posible construir juicios sintéticos a priori, tanto en lo referente a la sensibili-dad como en lo tocante al entendimiento. Simultáneamente, partiendo del hecho de que existe verdadero conocimiento tanto en la matemática como en la física, Kant analiza cómo son posibles en dichas ciencias los juicios sintéticos a priori y si lo son también en metafísica.
El problema, en cuya base está el nacimiento de la Crítica de la razón pura, es el siguiente: es un hecho innegable que las denominadas ciencias puras (matemáticas y física) progresan, mientras que, por su lado, la metafísica se ve envuelta en los mismos problemas una vez y otra..¿Por qué? La razón era muy sencilla, todos los filósofos, en vez de tomar como punto de partida el trabajo de sus antecesores, lo desechaban total-mente y creaban un sistema enteramente nuevo.

¿Cuál era la razón de este estado de cosas? En filosofía, al contrario que en física o matemáticas, no se había alcanzado ningún principio indubitable sobre el cual construir un sistema de conocimiento. ¿A qué era debido esto? ¿Era subsanable este problema? ¿Es el conocimiento filosófico radicalmente distinto al de las ciencias matemáticas y físicas o, por el contrario, puede llegar a ser algo parecido a éste? ¿Es, en definitiva, la metafísica posible como ciencia? La respuesta, o el intento de respuesta, a todas estas preguntas, especialmente a la última, es el origen de la Crítica de la razón pura.

Ahora bien, responder a esta pregunta implica conocer la respuesta a otra cuestión previa: ¿En qué consiste la ciencia? La respuesta a esta pregunta será el tema de la Crítica de la razón pura, la cual pretende:
1. definir en qué consiste la ciencia y cómo se construye
2. elucidar si la metafísica podrá alguna vez llegar a ser ciencia.

Kant renunció a salirse de los límites del hombre. Y esto lo debe, como él reconoció, a Hume, que rompió su sueño dogmático; pero, al mismo tiempo, le alejó también de toda posibilidad de escepticismo. El reconocimiento de los límites no es para Kant la renuncia a fundamentar la validez del conocimiento y de las manifestaciones del hombre, sino más bien la necesidad de establecer el valor del mismo. Los análisis de los empiristas ingleses pusieron ante los ojos de Kant que la metafísica era una ciencia limitativa y negativa, y le llevaron a cimentar una metafísica entendida como crítica de la razón: el valor del conocimiento humano se funda en sus mismos límites.

La ciencia es un modo de conocimiento racional, es decir, un conocimiento producido por la razón. Preguntarse por la ciencia es preguntarse por la razón.
Tratando de encontrar nuestras facultades de conocimiento podemos determinar qué podemos conocer y cómo es posible el conocimiento, definir qué es ciencia y elucidar si la metafísica llegará alguna vez a serlo. Realizar tal búsqueda supone avanzar en tres direcciones:
1. Kant se propone describir las facultades que componen la Razón y los meca-nismos básicos de su actividad
2. Se propone determinar los límites de la Razón: ¿hay alguna cosa que no pueda conocerse?, ¿Hay alguna cosa sobre la que no puede haber ciencia?
3. Se propone revelar cómo surge la ciencia. El conocimiento científico es una actividad mental que el hombre expresa a través del lenguaje. Cada saber se ma-nifiesta como un uso del lenguaje, y cada tipo de conocimiento se expresa, por tanto, en un lenguaje propio y diferenciable.
La filosofía kantiana está a mitad de camino entre el racionalismo y el empirismo; es, de hecho, una reacción contra los excesos de uno y otro; más bien, lo que hay que hacer es llevar al terreno de la reflexión y convertir en problema a la razón misma.

Kant, en cualquier caso habla de juicios, y dentro de los juicios establece las siguientes distinciones:
• Los juicios se pueden dividir, por un lado, en analíticos y sintéticos.
• Los juicios se pueden dividir, por otro lado, en a priori y a posteriori
En todos los juicios en los que se piensa la relación entre un sujeto y un predicado … tal relación puede tener dos formas: o bien el predicado B pertenece al sujeto A como algo que está (implícitamente) en el concepto A, o bien B se halla completa-mente fuera del concepto A … En el primer caso llamo al juicio analítico; en el se-gundo, sintético (A 6-7/B 10)
Es decir, los juicios analíticos aclaran el sentido de los términos, pero no dan ninguna otra información; por el contrario, los juicios sintéticos aportan información.
Por ejemplo, un juicio analítico sería “Todos los solteros son no casados”. En este juicio se nos aclara el sentido de la palabra soltero, pero no se nos dice nada nuevo, porque el concepto de soltero está incluido en (es idéntico a) el concepto de persona no casada.
Un ejemplo de juicio sintético sería “Un día lluvioso es un día frío”. Este juicio aporta nueva información, porque no hay nada en el concepto de día lluvioso que nos lleve al concepto de día frío; de hecho, hay días fríos que no son días lluviosos.
Los juicios, además, pueden ser a priori y a posteriori.
Un juicio a priori es indepen-diente de la experiencia, mientras que un juicio a posteriori es aquel que depende de la experiencia. Un ejemplo del primer tipo sería: “un triángulo euclidiano equiángulo ne-cesariamente ha de ser equilátero”, y un ejemplo del segundo tipo sería: “todo cuerpo desprovisto de soporte cae”.
Si mezclamos ambas clasificaciones tenemos los siguientes tipos de juicios:
• sintéticos a posteriori: dependen de la experiencia y amplían nuestro conoci-miento. (“Ayer llovió”)
• sintéticos a priori: no dependen de la experiencia pero amplían nuestro cono-cimiento. (“La línea recta es la distancia más corta entre dos puntos”)
• analíticos a priori: no dependen de la experiencia ni amplían nuestro conoci-miento. (“No puede ser que llueva y no llueva a la vez”)
• analíticos a posteriori: dependen de la experiencia y no amplían nuestro conocimiento. Son, obviamente, imposibles, pues ningún juicio analítico puede de-pender de una experiencia previa.

Kant critica a la metafísica anterior el no haber ofrecido mas que juicios analíticos de la forma “Todos los cuerpos son extensos”. Tales proposiciones son necesarias y universales, pero solo contienen análisis explicativos de conceptos, no amplían de ningún modo nuestros conocimientos, cosa que sí hace, por otra parte, la ciencia. Por tanto, al menos una cosa es clara: la ciencia, en cuanto es capaz de ampliar nuestros conocimientos, no consta de juicios analíticos.
¿Cuales son, por tanto, los juicios de la ciencia? Sólo nos quedan dos posibilidades: la ciencia ha de constar necesariamente de juicios sintéticos a priori o bien de juicios sintéticos a posteriori.
Los juicios sintéticos a posteriori son juicios que tienen su base única y exclusivamente en la experiencia (sólo un modo tenemos de saber que ayer llovió, y es acudiendo a la experiencia). Ahora bien, tomando como base la experiencia, ya lo dejó claro Hume, jamás podremos construir leyes universales y, sin embargo, la ciencia consta de proposiciones universales.
Por tanto, los juicios que componen la ciencia son juicios sintéticosa priori.
Sintéticos porque amplían nuestro conocimiento; a priori porque son independientes de la experiencia y sólo así podemos construir proposiciones universales.
Tenemos ya, por tanto, la respuesta a nuestra primera pregunta, aquella que decía: ¿qué es la ciencia?.
La ciencia es un conglomerado de juicios sintéticos a priori.
Esta respuesta es una síntesis de empirismo y racionalismo. Del empirismo coge la idea de que la ciencia trata del mundo de la experiencia; no trata, por tanto, de meros concep-tos, sino de algo que está más allá de los conceptos. Kant acepta, por tanto, el lema empirista de que “todo conocimiento comienza con la experiencia”.
Ahora bien, ¿basta con quedarnos en la experiencia? La respuesta es que no, porque en la experiencia no hay necesidad; sin embargo, esta necesidad sí que existe en la naturaleza y es reflejada por las ciencias naturales. Por ejemplo, la experiencia no ofrece necesidad alguna, pero el principio de causalidad es necesario; de donde se sigue que el principio de causalidad no se origina en la experiencia. ¿Dónde se origina entonces? En nuestra mente; y es, por tanto, independiente de la experiencia. Esto lo resume Kant en la siguiente frase:
Todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia, pero no todo él procede de la experiencia
En efecto, todo nuestro conocimiento comienza por la experiencia porque, sin ella, no puede despertarse la facultad de conocer; ahora bien, la experiencia sólo nos muestra un caos de sensaciones que en sí mismas, aisladas, no tienen ningún sentido. Es la mente la encargada de dotar de sentido a estas sensaciones, aportando unos principios generales a los que estas sensaciones aisladas han de someterse; estos principios generales son los elementos a priori del conocimiento.

martes, 12 de febrero de 2008

Enlace

http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/Kant/Principal-Kant.htm

miércoles, 6 de febrero de 2008

Conoce a Kant



1724: Kant nace un 22 de abril en Königsberg, capital del ducado de Prusia, cuarto de los once hijos del maestro guarnicionero Johann Georg Kant y de su mujer Anna Regina Reuter.
Su madre, de religiosidad pietista, se encargaría de la educación del joven manolito (Manelchen), influyendo enormemente en su futuro carácter moral
1730-32: Ingresa en la escuela del Hospital, en las afueras de la ciudad.
1732-40: Asiste al Collegium Fridericianum, dirigido por F. Albert Schultz (1692-1763), un pietista seguidor de la filosofía dogmática de Wolff. La instrucción que allí recibió, plagada de plegarias , oraciones y prácticas piadosas, terminó causando una gran aversión por la práctica religiosa. De hecho, en su edad adulta, Kant no asistió nunca a la Iglesia.
En el 1738 muere su madre.
1740-46: Kant ingresa en la universidad de Königsberg el mismo año que Federico el Grande pasa a ocupar el trono de Prusia. Entre sus estudios están la teología,filosofía, matemáticas y ciencias naturales. Su profesor Martin Knutzen le inicia en la lectura de Newton y otros autores ingleses. Kant ya no reside en la casa paterna y se gana la vida dando clases particulares.
El 1746 muere su padre y Kant tuvo que dejar la universidad antes de graduarse.
Escribe su primer tratado: Pensamientos acerca de la verdadera ponderación de las fuerzas vivas
1746-55: Kant trabaja como preceptor privado de de familias pudientes, en los alrededores de Königsberg. Este será el desplazamiento más largo que Kant realizará en su vida.
1755: El 12 de Junio Kant se gradúa en la universidad de Königsberg con un estudio en latín Sobre el fuego y asume el puesto de profesor auxiliar (Privatdozent) con un escrito en latín: Principios fundamentales del conocimiento metafísico. Se mantendrá en este puesto los quince años siguientes, impartiendo clases de física, matemáticas, geografía, cosmología y teología. Kant lee a Leibniz y Hume. Este último autor lr despertará de su sueño dogmático.
1756: Kant presenta su tercer tratado en latín para poder presentarse a cátedra : Sobre la monadología física. No consigue la cátedra de lógica y metafísica.
1762: Escribe La falsa sutileza de las cuatro figuras del silogismo. Kant sigue dando clases, a las que asiste de oyente J. G. Herder.
1763: Obtiene el segundo premio de la academia de las ciencias de Berlín con la obra : Estudio sobre la evidencia de los principios de la teología y la moral naturales.Escribe Ensayo para introducir el concepto de magnitudes negativas en filosofía.
1764: Queda disponible la cátedra de poesía en Berlín, y Kant la rechaza. Escribe Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime.
Escribe un breve tratado: Ensayo sobre las enfermedades de la cabeza
1765-66: Kant toma el cargo de vicebibliotecario del Palacio real. Lee la obra de Swedenborg (Coelestia Arcana ) un teósofo, ciéntifico y místico sueco que pretendía describir sus incansables viajes por el cielo y el infierno. Kant arremete contra él escribiendo una obra burlona titulada Sueños de un visionario explicados por los sueños de la metafísica (1776).
Kant se halla ya fuertemente influenciado por la filosofía de Rousseau.
1769: Le ofrecen la cátedra de profesor ordinario en Erlangen, a la que Kant renuncia.
1770: El 31 de marzo es nombrado catedrático de lógica y metafísica en la universidad de Königsberg. Presenta una disertación en latín: Disertación sobre la forma y los principios del mundo sensible y del inteligible, en el que intenta aclarar porqué la metafísica se hallaba en un callejón sin salida.
En esta obra Kant establece una diferencia entre el conocimiento sensorial y el pensamiento.
1772: Cesa su trabajo como bibliotecario del Palacio Real.
1780: Ingresa en el senado de la universidad de Königsberg.
1781: Publica su gran obra: Crítica de la razón pura. En ella se hace un análisis trascendental del conocimiento: ¿cómo son posibles las ciencias?¿Cuáles son las condiciones de posibilidad del conocimiento?
1783: Publica Prolegómenos a toda metafísica futura.
1785: Publica Fundamentos de la metafísica de las costumbres. En esta obra trata Kant del uso práctico de la razón pura.
1786: Es nombrado rector de la universidad, cargo que implica hacer un homenaje al rey Federico Guillermo II.
Publica Fundamentos metafísicos iniciales de la cosmología.
1788: Publica su otra gran obra: Crítica de la pazón práctica.Este mismo año es nombrado rector de la universidad de Königsberg por segunda vez.
1790: Publica Crítica del juicio.
1792: Se le nombra decano de la Facultad de Filosofía.
1793: La religión dentro de los límites de la mera razón.
1794: Kant tiene un conflicto con la censura de Prusia. Se le prohibe escribir o dar clases sobre temas religiosos. A partir de entonces Kant va reduciendo su actividad académica en la universidad.
1797: Kant se retira de la actividad docente. Publica Metafísica de las costumbres.
1798: Antropología desde el punto de vista pragmático.
1800: Kant va debilitándose poco a poco. Un discípulo suyo, Wasianski, se ocupa de su cuidado.
1803: En octubre sufre una apoplegía leve.
1804: El 12 de febrero muere Kant.


La estatua de Kant en Kaliningrado



Emmanuel Kant (22 de abril de 1724 - 12 de febrero de 1804) fue un destacado filósofo y geógrafo alemán. Nace en Königsberg, Prusia oriental, actualmente Kaliningrado, Rusia.
Hijo de un modesto guarnicionero, Immanuel Kant fue educado en el pietismo. En 1740 ingresó en la Universidad de Königsberg como estudiante de teología y fue alumno de Martin Knutzen, quien lo introdujo en la filosofía racionalista de Leibniz y Wolff, y le imbuyó el interés por la ciencia natural, en particular, por la mecánica de Newton.
Su existencia transcurrió prácticamente por entero en su ciudad natal, de la que Kant no llegó a alejarse más que un centenar de kilómetros cuando residió por unos meses en Arnsdorf como preceptor, actividad a la cual se dedicó para ganarse el sustento después de la muerte de su padre, en 1746.
Tras doctorarse en la Universidad de Königsberg a los treinta y un años, Kant ejerció en ella la docencia y en 1770, después de fracasar dos veces en el intento de obtener una cátedra y de haber rechazado ofrecimientos de otras universidades, por último fue nombrado profesor ordinario de lógica y geografía.
La vida que llevó ha pasado a la historia como paradigma de existencia metódica y rutinaria. Es conocida su costumbre de dar un paseo vespertino, a diario a la misma hora y con idéntico recorrido, hasta el punto que llegó a convertirse en una especie de señal horaria para sus conciudadanos; se cuenta que la única excepción se produjo el día en que la lectura del Émile, de Rousseau, lo absorbió tanto como para hacerle olvidar su paseo, hecho que suscitó la alarma de sus conocidos.

KANT: NÚCLEOS TEMÁTICOS

Introducción a la segunda edición de la Crítica de la razón pura.

1. - Conocer los núcleos temáticos fundamentales de la obra a estudiar: Problema del conocimiento. Estatuto de la Metafísica. Insuficiencia del Racionalismo y el Empirismo para resolver el problema. Propuesta Kantiana.
2. - Conocer que en dicha obra Kant realiza un proyecto de análisis del proceso del conocimiento humano, para establecer así los límites de nuestra razón y demarcar el ámbito de la metafísica.
3. - Conocer el clima ilustrado de la época a partir del artículo kantiano ¿Qué es la Ilustración?
4. - Conocer la importancia del contexto socio-histórico y filosófico en que se publicó esta obra.
5. - Valor positivo de la crítica como análisis del conocimiento: reivindicación del valor que supone los límites del conocimiento.
6. - Uso del término “crítica”: como análisis de las condiciones de posibilidad del conocimiento.
7. - Diferenciar entre Racionalismo y Empirismo.
8. - Diferenciar: ¿Qué es metafísica? ¿Qué es conocimiento? ¿Qué es conocimiento a priori? ¿Qué es la ciencia?
9. - Finalidad epistemológica y ética de la Crítica de la Razón Pura...
10. - Saber argumentar la justificación de la ciencia mediante los juicios sintéticos a priori.
11. - Conocer el sentido que tiene en la obra de Kant su respuesta al problema de la metafísica.
12. - Conocer los presupuestos del pensamiento kantiano: la revolución copernicana, la filosofía crítica, el método Trascendental y las condiciones de posibilidad del conocimiento.
13. - Conocer y diferenciar las actitudes intelectuales diferentes que representa LA FILOSOFÍA TEÓRICA Y LA FILOSOFÍA PRÁCTICA.
14. - Saber los planteamientos de Kant en torno a la Libertad, la Inmortalidad y Dios.
15. - Saber argumentar la labor de Kant respecto a lo que significa la construcción del conocimiento