miércoles, 14 de mayo de 2008

Obras



Hombre intuitivo

Dos modos de "estar" en el mundo: el hombre intuitivo y el hombre racional.
El concepto, la razón, permiten preveer (establecer regularidades) que ha sido una gran ventaja evolutiva para el ser humano pero EL ERROR está en convertirlos en la verdad (puede estar bien el uso moderado pero no el abuso o la hipóstasis).
El miedo a la vida nos puede provocar el querer refugiarnos en ellos pero a costa de renunciar a ella (la vida).
OPOSICIÓN ENTRE EL HOMBRE INTUITIVO Y EL HOMBRE RACIONAL
HOMBRE INTUITIVO
HOMBRE RACIONAL
Se preocupa de vivir
Se preocupa de sobrevivir (existir)
Aun a costa de su propia supervivencia (existencia)
Aun a costa de no "vivir" la vida, de renunciar a ella.

Allí donde el hombre intuitivo (valiéndose de la intuición y gracias al arte puede llegar a comprender la vida mejor que el científico) predomina consigue configurar una cultura y establecer un dominio del arte sobre la vida.
Allí donde el hombre conceptual (guiado por los conceptos y las abstracciones no puede conocer las cosas como son) predomina, con sus instrumentos sólo consigue conjurar la desgracia.
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MUERTE DE DIOS

Fin de toda creencia en entidades absolutas.
Una primera y elemental aclaración es que cuando Nietzsche predica la muerte de Dios no quiere decir que Dios haya existido y después haya muerto (un absurdo). Nietzsche nunca creyó en la existencia de Dios. Esta tesis señala simplemente que la creencia en Dios ha muerto.
1) Relación entre el hombre y Dios:
• Dios no crea al hombre sino el hombre a Dios.
2) Razones de la creencia en Dios:
dar un consuelo a los hombres de la miseria y sufrimiento existente en este mundo, y la creencia en Dios es una consecuencia de la vida decadente, de la vida incapaz de aceptar el mundo en su dimensión trágica; parece apelar a una motivación psicológica: la idea de Dios es un refugio para los que no pueden aceptarla vida.
3) “Muerte de Dios”:
• Nietzsche considera que estamos ante un acontecimiento actual: no explica las razones históricas que han dado lugar a la creencia en Dios, ni las que han dado lugar a su descrédito, pero parece indicar que estamos en un tiempo histórico clave pues en él asistimos a su necesario final.
4) “Concepto de Dios “:
• cuando Nietzsche se refiere a Dios se refiere al dios de la religión, particular­mente del cristianismo, pero también a todo aquello que puede sustituirle, por­que en realidad Dios no es una entidad sino un lugar, una figura posible del pensamiento, representa lo Absoluto. Dios es la metáfora para expresar la realidad absoluta, la realidad que se presenta como la Verdad y el Bien, como, el supuesto ámbito objetivo que puede servir de fundamento a la existencia por encontrarse más allá de ésta y darle un sentido. Todo aquello que sirve a los hombres para dar un sentido a la vida, pero que sin embargo se pone fuera de la vida, es semejante a Dios: la Naturaleza, el Progreso, la Revolución, la Ciencia, tomadas como realidades absolutas son el análogo a Dios. Cuando Nietzsche declara que Dios ha muerto quiere indicar que los hombres viven desorientados, que ya no sirve el horizonte último en el que siempre se ha vi­vido, que no existe una luz que nos pueda guiar de modo pleno. Esta expe­riencia de la finitud, del sentirse sin remedio desorientado es necesario para empezar un nuevo modo de vida.
5) Consecuencia de la “muerte de Dios”:
• para Nietzsche con dicha “muerte” podemos vivir sin lo absoluto, en la “inocencia del devenir”. De ahí que la muerte de Dios sea la condición para la aparición del superhombre.

El siguiente texto de “La gaya ciencia” es el que mejor expresa su idea de la muerte de Dios: “¿No habéis oído hablar de ese hombre loco que, en pleno día, en­cendía una linterna y echaba a correr por la plaza pública, gritando sin cesar, “busco a Dios, busco a Dios”? Como allí había muchos que no creían en Dios, su grito provocó la hilaridad. “Qué, ¿se ha perdido Dios?”, decía uno. “¿Se ha perdido como un niño pequeño?” preguntaba otro. “LO es que está escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se ha embarcado? ¿Ha emigrado?” Así gritaban y reían con gran confusión. El loco se precipitó en medio de ellos y los traspasó con la mirada: “¿Dónde se ha ido Dios? Yo os lo voy a decir”, les gritó. ¡Nosotros lo hemos matado, vosotros y yo! ¡Todos somos sus asesinos! Pero, ¿cómo hemos podido hacer eso? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Y quién nos ha dado la esponja para secar el horizonte? ¿Qué hemos hecho al separar esta tierra de la cadena de su sol? ¿Adónde se dirigen ahora sus mo­vimientos? ¿Lejos de todos los soles? ¿No caemos incesantemente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, de lado, de todos lados? ¿Hay aún un arriba y un abajo? ¿No vamos como errantes a través de una nada infinita? ¿No nos persigue el vacío con su aliento? ¿No hace más frío? ¿No veis oscurecer, cada vez más, cada vez más? ¿No es necesario encender linternas en pleno mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿Nada olfateamos aún de la descomposición divina? ¡También los dioses se descomponen! ¡Dios ha muerto y nosotrOS somos quienes lo hemos matado! ¿Cómo nos consolaremos, nosotros, asesinos entre los asesinos? Lo que el mundo poseía de más sagrado y poderoso se ha desangrado bajo nuestro cuchillo. ¿Quién borrará de nosotros esa sangre” ¿Qué agua podrá purificamos? ¿Qué expia­ciones, qué juegos nos veremos forzados a inventar? ¿No es excesiva para nosotros la grandeza de este acto? ¿No estamos forzados a convertimos en dioses, al menos para parecer dignos de los dioses? No hubo en el mundo acto más grandioso y las futuras generaciones serán, por este acto, Parte de una historia más alta de lo que hasta el presente fue la historia. Aquí calló el loco y miró de nuevo a sus oyentes; ellos también callaron y le contemplaron con extrañeza. Por último, arrojó al suelo la linterna, que se apagó y rompió en mil pedazos: “He llegado demasiado pronto, dijo. No es aún mi hora. Este gran acontecimiento está en camino, todavía no ha llegado a oídos de los hombres. Es necesario dar tiempo al relámpago y al trueno, es necesario dar tiempo a la luz de los astros, tiempo a las acciones, cuando ya han sido realizadas, para ser vistas y oídas. Este acto está más lejos de los hombres que el acto más distante; y, sin embargo, ellos lo han realizado.”
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viernes, 9 de mayo de 2008

La idea nietzscheana de la ciencia como interpretación.


¿En qué sentido es para el hombre alcanzar la verdad una tarea imposible? En primer lugar, ya desde épocas tempranas Nietzsche presentará las bases de lo que dentro de la gnoseología se conocería posteriormente como el perspectivismo. En su escrito "Sobre verdad y mentira en un sentido extramoral" de 1873, el entendimiento es caracterizado como un "aparato simplificador", cuya tarea, en una primera fase, es elaborar los conceptos y las palabras a partir de la multiplicidad de impresiones. En una segunda fase, a partir de los conceptos más elementales, forma ideas cada vez más generales en una gradación, llegando a los conceptos más abstractos, propios de la filosofía. Con el desarrollo de la cultura y del lenguaje este origen es olvidado, tomándose estos conceptos por adecuados y verdaderos, es decir por coincidentes con una realidad externa. Esta situación se vuelve más grave medida que el intelecto crea conceptos más abstractos para abarcar toda realidad, con lo cual se cae en una clase de autoengaño y automentira.

Por otra parte la inadecuación necesaria de los conceptos con las cosas obedece a dos causas fundamentales. En primer lugar, Nietzsche descarta la posibilidad de una intuición intelectual que captaría lo que sea "la cosa en sí" o la esencia de las cosas. No existe según su punto de vista tal facultad, sino que todo conocimiento obedece a una determinada "perspectiva", es decir a un punto de vista particular distinto en cada especie. De esta forma, la especie humana, presta atención a todos aquellos estímulos que son necesarios para su preservación, desoyendo otros.

En segundo término, el conocimiento último de las cosas imposible, dado que para Nietzsche la totalidad de lo real está en permanente devenir, con lo cual el conocimiento de toda substancia última es imposible. Por esta causa son excluidas categorías metafísicas como las de substancia, finalidad y unidad entre otras, siendo las mismas meros productos del arte de simulación del intelecto, que debe construirlas para poder atrapar por medio de estos esquemas, una realidad, que en perpetuo devenir es en sí misma inatrapable.

Nietzsche toma en consideración las ciencias humanas pero también las ciencias físicas. El punto de partida es que no hay hechos brutos sino interpretaciones. La posición de Nietzsche sobre la ciencia se relaciona con las leyes naturales. Su principal crítica es que la forma como los científicos han pensado las leyes naturales sigue la misma tendencia de la modernidad, es decir, la tendencia a nivelarlo todo, a reducirlo todo a un común denominador. La ciencia es interpretación del mundo. Para Nietzsche el mundo permite infinitas interpretaciones. Nietzsche se opone al dominio puramente reactivo de la ciencia. La ciencia es la última expresión del nihilismo occidental. Para Nietzsche el mundo es apariencia. La afinidad entre el sujeto cognoscente y el objeto conocido es pura fe. Nuestros órganos de conocimiento son útiles para la vida, no para la verdad. La perspectiva está basada siempre en experiencias seleccionadas. Nuestro afán de encontrar regularidades en la Naturaleza solo está garantizado por la costumbre. La verdad es una clase de error y el conocimiento una ficcionalización del mundo. Las leyes de la naturaleza son construcciones fantásticas; meras apariencias. El conocimiento tiene su condición más íntima en la necesidad de dar un significado estético a la existencia.

La ciencia y el conocimiento práctico niegan la complejidad de lo real, que es caos, devenir. Esta ambigüedad de lo real es negada a favor de una categorización racional. Lo que hay es un interés práctico. Un mundo regulado por las leyes científicas es mucho menos problemático que un mundo del caos. Nietzsche entiende la ilusión científica por la verdad como una manifestación de la voluntad de dominio. Como interpretación la ciencia no explica sino que está condenada a meramente describir o construir. No hay una verdad como tal, sino muchas verdades.

Con respecto a la lógica, Nietzsche puede ser calificado como antilógico. A la lógica lo que le interesa es la conservación de la verdad. A Nietzsche le interesa la ambigüedad, la multiplicidad de la comprensión humana de la naturaleza. Contrario a la presuposición de regularidad, las cosas no obedecen reglas, no hay cosas sino ficciones inventadas por nosotros. No hay leyes. No existe el mundo en sí mismo. El mundo es puramente relacional, presenta distintos aspectos bajo diferentes condiciones. Desde cada punto el mundo es esencialmente diferente. Estas condiciones son las que pueden determinar nuestro conocimiento. La lógica es aplicable bajo condiciones de dominación. La ciencia es antiestética. La ciencia moderna es manifestación de una voluntad reactiva, manifestación del ideal ascético. La ciencia es nihilista. Está organizada contra la vida, la ambigüedad y el cambio. La ciencia perpetúa el ideal ascético de la religión pero con otros medios. A pesar de la necesidad de la ciencia para la conservación, la ciencia está animada de un espíritu nihilista. La ciencia es decadencia de nuestro conocimiento. Nuestros aparatos de abstracción son simplificadores. La ciencia transforma la Naturaleza en concepto para su mejor dominio. En este sentido Nietzsche hace retrotraer el origen de la ciencia a la magia y a la alquimia. Pero la evolución de la ciencia es ambivalente. Las necesidades tecnológicas la encadenan a la decadencia. Pero Nietzsche no excluye la posibilidad de una ciencia bajo la óptica de la vida y del arte. A Nietzsche le interesa subrayar esta ambivalencia de progreso científico. Para el perspectivismo todo conocimiento es creencia, pero hay una diferencia entre creencia y decadencia nihilista y creencia estética y estimulante.

Las leyes matemáticas suponen que los objetos son idénticos pero en la naturaleza no hay objetos idénticos. La ciencia es una forma de humanizar las cosas. Con ella aprendemos más de nosotros mismos que de las cosas. La ciencia es el dominio de la naturaleza con propósitos humanos.

Pero la ciencia puede ser pensada estéticamente. Nietzsche subraya el aspecto constructivo, interpretativo de la investigación científica. El conocimiento humano es una expresión de la voluntad de poder. Participa en el caos individual de la construcción del mundo como interpretación. Las leyes son interpretación, no texto. Las ficciones o verdades de la ciencia no son más que expresiones de la voluntad de poder. La naturaleza es caos. El caos expresa el perpetuo carácter deviniente del mundo. Cada perspectiva provee un mundo intepretado. El problema de la ciencia debe ser visto desde la perspectiva filosófica. Es a la luz de la filosofía como la ciencia debe ser pensada como arte y vida. Nietzsche propone el arte como afirmación en lugar del optimismo de la ciencia. El artista creador es entendido en términos de necesidad afirmativa. La ciencia trabaja con ilusiones "Lo real es un caos sin ninguna consideración con la exigencia humana".

¿Verdadero?

1. Apolo es el símbolo de la vida misma, que rompe todas las barreras e ignora todas las limitaciones. En los ritos apolíneos los devotos, ebrios, pasaban a ser uno con la vida. Las barreras establecidas por el principio de individuación tienden a derrumbarse. Se lanzan a la corriente de la vida patentizando la unidad primordial. F Dionisio

2. La civilización occidental es hedonista-platónica-cristiana. Está asentada sobre la metafísica hedonista-platónica y sobre el cristianismo y la moral que éste engendra. Si algo caracteriza, por tanto, a la civilización (tradición) occidental es que ha conservado la vida, la ama. F es socrático-platónica-cristiana

3. Lo que el mundo que la ontología clásica ha llamado "real" es "aparente". Es ilusorio porque basa sus categorías en la nada. La nada es la negación del ser, y el auténtico ser es la vida. Además, apunta la causa de este odio contra la vida: el punto de vista de la moral inventada por los débiles que intenta contener a los fuertes que son los únicos capaces de asumir la única realidad existente, la vida, en toda su crudeza. V

4. Nihilismo activo: Consiste en la aceptación pesimista de la ausencia de valores y la falta de sentido de la existencia. Éste se da, y se dará, pero no es el que le interesa. F pasivo.

5. A lo largo de toda su vida el mismo Nietzsche intentara librarse del pesimismo heredado de Schopenhauer, pero no lo consiguió. De hecho él nunca se proclamó modelo del nuevo hombre sino sólo su profeta. Es decir, el último hombre occidental. V

6. El nihilismo (activo) nos lleva a patentizar la auténtica realidad del mundo y de la vida. El devenir constante, la afirmación de la vida. A esto llama Nietzsche voluntad de poder. (El acto de afirmación es un acto de voluntad y mientras más se afirma, más poder y mientras más poder, más se afirma). V

7. El objetivo del conocimiento no es controlar sino saber. Por eso es un proceso de interpretación basado en las necesidades vitales y expresa el deseo de controlar el flujo del devenir, incontrolable de otro modo. F El objetivo del conocimiento no es saber sino controlar

8. La verdad es lo que se ha llamado error. Es voluntad de poder, voluntad de apariencia, de ilusión. Pero esta voluntad es más profunda que la voluntad de verdad proclamada por Occidente y denominada por Schopenhauer voluntad de vivir. Es más profunda porque reconoce y conoce la realidad auténtica del ser: el devenir, la vida, y sabe que la razón humana jamás podrá comprenderla, encerrarla en conceptos, en categorías. V

9. En definitiva, la metáfora es expresión de la vida mediante la voluntad de poder y el hombre es la expresión del "sentido de la tierra", de la vida que, por la voluntad de poder es ante todo creador, creativo. V

10. Nietzsche reclama una realidad guiada por un hombre "racional": voluntad de poder. Un hombre en el que se hayan superado todos los errores de Occidente. Un hombre sin Dios. Un hombre que asuma la vida en toda su fuerza. Un hombre que ame la vida, que sea pura racionalidad. Por eso este nuevo modelo humano está más allá del hombre occidental y sólo será posible cuando la civilización que está por venir se haga real. F irracional, instintividad

11. Luchar por su pronto advenimiento es la misión del último hombre: Zaratustra (Nietzsche). Él es el profeta de este hombre más allá del hombre. Su misión es luchar porque en los hombres domine la vida. Por eso hay que criticar al hombre occidental. V

12. El filósofo occidental distingue entre realidad y apariencia. El mundo en que nos desenvolvemos es el mundo de la realidad. F apariencia

13. La vida es la realidad primordial. Y ésta es estática. Por eso hay que acabar con toda la ontología que niegue la vida que no la deje ser como ella es. F devenir

14. El concepto es la aprehensión, delimitación, comprensión de la realidad. El concepto, en cierto modo, "inmoviliza" la realidad y la "uniformiza" por lo que carece totalmente de sentido. V

15. El lenguaje es el resultado de la razón. Es una creación de la civilización occidental para justificarse a sí misma. V

16. La verdad es un conjunto de metáforas, de generalizaciones, de ilusiones que el uso y la costumbre han impuesto y cuya naturaleza hemos olvidado. V

17. La cultura occidental está viciada desde su origen. Su error, el más pertinaz y peligroso de todos, consiste en instaurar "la irracionalidad a toda costa”. F racionalidad

18. El error dogmático de la filosofía griega ha sido la invención del estatismo del ser, es decir, "el espíritu puro", y el "bien en sí" por parte de Platón. Este dogmatismo a ultranza es interpretado por Nietzsche como síntoma de decadencia. Es decadente todo lo que se opone a los valores del existir instintivo y biológico del hombre. V

19. Para el artista la verdadera realidad no puede estar sujeta al devenir, ella permanece idéntica consigo misma, estática e inmutable, es decir, debe ser "causa sui". F metafísico

20. La categoría ontológica "ser verdadero" ___es una propiedad de la realidad, __no una mera valoración subjetiva como condición necesaria de supervivencia del hombre. F no, sino

21. La ciencia no es la verdadera interpretación de lo real; ella nace de un sentimiento, es decir, de la repugnancia del intelecto por un supuesto caos del mundo exterior y también interior. V

22. La moral de los señores es una exaltación de los instintos primarios de vida. La virtud es interpretada como un estado fisiológico, puesto que en toda valoración moral lo que está en juego es la supervivencia del individuo. En la nueva moral debe imponerse la voluntad de la vida sobre la voluntad de la nada. V

23. Sentido de la superación: el hombre para devenir en superhombre ha de acoger en su interior a Dios. ___Se trata de una divinización del hombre. De esta forma se convertirá en un ser con plenitud de poder y de dominio sobre sí y sobre los demás. F de expulsar de, No se trata de una divinización del hombre, sino todo lo contrario, una sustitución de Dios por el superhombre

24. Nietzsche descarta la posibilidad de una intuición intelectual que captaría lo que sea "la cosa en sí" o la esencia de las cosas. No existe según su punto de vista tal facultad, sino que todo conocimiento obedece a una determinada "perspectiva", es decir a un punto de vista particular distinto en cada especie. La especie humana, presta atención a todos aquellos estímulos que son necesarios para su preservación, desoyendo otros. V

25. El conocimiento último de las cosas es posible, dado que para Nietzsche la totalidad de lo real está en permanente quietud, con lo cual el conocimiento de toda substancia última es posible. F imposible, devenir.

26. Por esta causa son excluidas categorías metafísicas como las de substancia, finalidad y unidad entre otras, siendo las mismas meros productos del arte de simulación del intelecto, que debe construirlas para poder atrapar por medio de estos esquemas, una realidad, que en perpetuo devenir es en sí misma inatrapable. V

27. Las leyes de la naturaleza son construcciones fantásticas; meras apariencias. El conocimiento tiene su condición más íntima en la necesidad de dar un significado estético a la existencia. V

28. ___Hay leyes. ___Existe el mundo en sí mismo. El mundo es puramente racional, presenta idénticos aspectos bajo diferentes condiciones. Desde cada punto el mundo es esencialmente igual. F No, no, distintos, relacional, diferente

29. Pero la ciencia puede ser pensada estéticamente. Nietzsche subraya el aspecto constructivo, interpretativo de la investigación científica. V

30. Nietzsche presenta el origen de lenguaje como producto del instinto natural, el lenguaje conceptual satisface las necesidades del rebaño. El lenguaje es símbolo de las apariencias, no puede expresar el corazón de las cosas. No hay un lenguaje que exprese la esencia de las cosas sino la ilusión que crea la fantasía. V

31. Nuestras ficciones que expresamos con palabras __ reflejan la realidad objetiva. La verdad ___existe por sí sola, somos nosotros quien hablamos de ella. F no, no

32. La verdad es un mito filosófico escondido detrás de lenguaje. El lenguaje da la forma del pensamiento. V

33. El resultado de las ficciones antropomórficas que creamos constituye la expresión metafísica de lenguaje como conocimiento de la realidad. Nietzsche rechaza esta concepción de lenguaje como conocimiento de la realidad y señala que la relación entre lenguaje y realidad es mediata, convencional y metafórica. V

34. El concepto no tiene su origen en un impulso creativo, no es una invención, no es una poetización de la realidad. F

35. El hombre introduce un orden sistemático del mundo para hacerlo accesible a sus necesidades: la moral y la religión son creaciones lingüísticas para superar el caos. Las cosas no son más que ilusiones y falsificaciones. V

36. El entendimiento es caracterizado como un "aparato simplificador", cuya tarea, en una primera fase, es elaborar los conceptos y las palabras a partir de la multiplicidad de impresiones. En una segunda fase, a partir de los conceptos más elementales, forma ideas cada vez más generales en una gradación, llegando a los conceptos más abstractos, propios de la filosofía. Con el desarrollo de la cultura y del lenguaje este origen es olvidado, tomándose estos conceptos por adecuados y verdaderos, es decir por coincidentes con una realidad externa. Esta situación se vuelve más grave medida que el intelecto crea conceptos más abstractos para abarcar toda realidad, con lo cual se cae en una clase de autoengaño y automentira. V

37. Nietzsche acepta la posibilidad de una intuición intelectual que captaría lo que sea "la cosa en sí" o la esencia de las cosas. ____Existe según su punto de vista tal facultad, ___todo conocimiento obedece a una idéntica "perspectiva", es decir a un punto de vista igual en cada especie. F descarta, No existe, sino que, determinada, particular distinto

38. El entendimiento copia la realidad en la misma medida en que la crea, y los instrumentos privilegiados de que se vale para ello son el lenguaje y el símbolo, esos geniales mediadores entre un objeto que pone el sujeto y un sujeto no menos construido por el objeto y por los genios de esa mediación imposible. F deforma

39. La unicidad de la verdad, la supuesta objetividad de ciertas formas de conocimiento no son, pues, sino productos de una eficaz actividad persuasiva. En particular, la retórica científica consigue el doble efecto de, por un lado, convencernos de que su interpretación es la única verdadera, y, por otro lado, persuadirnos de que no estamos siendo persuadidos, hacernos olvidar que tras el concepto más redondo se oculta siempre una metáfora, una producción poética. V

40. El conocimiento es, pues, y constitutivamente, una forma de olvido, de desconocimiento. V

lunes, 5 de mayo de 2008

CONTESTA

¿VERDADERO?
1. Apolo es el símbolo de la vida misma, que rompe todas las barreras e ignora todas las limitaciones. En los ritos apolíneos los devotos, ebrios, pasaban a ser uno con la vida. Las barreras establecidas por el principio de individuación tienden a derrumbarse. Se lanzan a la corriente de la vida patentizando la unidad primordial.
2. La civilización occidental es hedonista-platónica-cristiana. Está asentada sobre la metafísica hedonista-platónica y sobre el cristianismo y la moral que éste engendra. Si algo caracteriza, por tanto, a la civilización (tradición) occidental es que ha conservado la vida, la ama.
3. Lo que el mundo que la ontología clásica ha llamado "real" es "aparente". Es ilusorio porque basa sus categorías en la nada. La nada es la negación del ser, y el auténtico ser es la vida. Además, apunta la causa de este odio contra la vida: el punto de vista de la moral inventada por los débiles que intenta contener a los fuertes que son los únicos capaces de asumir la única realidad existente, la vida, en toda su crudeza.
4. Nihilismo activo: Consiste en la aceptación pesimista de la ausencia de valores y la falta de sentido de la existencia. Éste se da, y se dará, pero no es el que le interesa.
5. A lo largo de toda su vida Nietzsche intentara librarse del pesimismo heredado de Schopenhauer, pero no lo consiguió. De hecho él nunca se proclamó modelo del nuevo hombre sino sólo su profeta. Es decir, el último hombre occidental.
6. El nihilismo (activo) nos lleva a patentizar la auténtica realidad del mundo y de la vida. El devenir constante, la afirmación de la vida. A esto llama Nietzsche voluntad de poder. (El acto de afirmación es un acto de voluntad y mientras más se afirma, más poder y mientras más poder, más se afirma).
7. El objetivo del conocimiento no es controlar sino saber. Por eso es un proceso de interpretación basado en las necesidades vitales y expresa el deseo de controlar el flujo del devenir, incontrolable de otro modo.
8. La verdad es lo que se ha llamado error. Es voluntad de poder, voluntad de apariencia, de ilusión. Pero esta voluntad es más profunda que la voluntad de verdad proclamada por Occidente y denominada por Schopenhauer voluntad de vivir. Es más profunda porque reconoce y conoce la realidad auténtica del ser: el devenir, la vida, y sabe que la razón humana jamás podrá comprenderla, encerrarla en conceptos, en categorías.
9. En definitiva, la metáfora es expresión de la vida mediante la voluntad de poder y el hombre es la expresión del "sentido de la tierra", de la vida que, por la voluntad de poder es ante todo creador, creativo.
10. Nietzsche reclama una realidad guiada por un hombre "racional": voluntad de poder. Un hombre en el que se hayan superado todos los errores de Occidente. Un hombre sin Dios. Un hombre que asuma la vida en toda su fuerza. Un hombre que ame la vida, que sea pura racionalidad. Por eso este nuevo modelo humano está más allá del hombre occidental y sólo será posible cuando la civilización que está por venir se haga real.
11. Luchar por su pronto advenimiento es la misión del último hombre: Zaratustra (Nietzsche). Él es el profeta de este hombre más allá del hombre. Su misión es luchar porque en los hombres domine la vida. Por eso hay que criticar al hombre occidental.
12. El filósofo occidental distingue entre realidad y apariencia. El mundo en que nos desenvolvemos es el mundo de la realidad.
13. La vida es la realidad primordial. Y ésta es estática. Por eso hay que acabar con toda la ontología que niegue la vida que no la deje ser como ella es.
14. El concepto es la aprehensión, delimitación, comprensión de la realidad. El concepto, en cierto modo, "inmoviliza" la realidad y la "uniformiza" por lo que carece totalmente de sentido.
15. El lenguaje es el resultado de la razón. Es una creación de la civilización occidental para justificarse a sí misma.
16. La verdad es un conjunto de metáforas, de generalizaciones, de ilusiones que el uso y la costumbre han impuesto y cuya naturaleza hemos olvidado.
17. La cultura occidental está viciada desde su origen. Su error, el más pertinaz y peligroso de todos, consiste en instaurar "la irracionalidad a toda costa”.
18. El error dogmático de la filosofía griega ha sido la invención del estatismo del ser, es decir, "el espíritu puro", y el "bien en sí" por parte de Platón. Este dogmatismo a ultranza es interpretado por Nietzsche como síntoma de decadencia. Es decadente todo lo que se opone a los valores del existir instintivo y biológico del hombre
19. Para el artista la verdadera realidad no puede estar sujeta al devenir, ella permanece idéntica consigo misma, estática e inmutable, es decir, debe ser "causa sui".
20. La categoría ontológica "ser verdadero" es una propiedad de la realidad, no una mera valoración subjetiva como condición necesaria de supervivencia del hombre
21. La ciencia no es la verdadera interpretación de lo real; ella nace de un sentimiento, es decir, de la repugnancia del intelecto por un supuesto caos del mundo exterior y también interior.
22. La moral de los señores es una exaltación de los instintos primarios de vida. La virtud es interpretada como un estado fisiológico, puesto que en toda valoración moral lo que está en juego es la supervivencia del individuo. En la nueva moral debe imponerse la voluntad de la vida sobre la voluntad de la nada.
23. Sentido de la superación: el hombre para devenir en superhombre ha de acoger en su interior a Dios. Se trata de una divinización del hombre. De esta forma se convertirá en un ser con plenitud de poder y de dominio sobre sí y sobre los demás
24. Nietzsche descarta la posibilidad de una intuición intelectual que captaría lo que sea "la cosa en sí" o la esencia de las cosas. No existe según su punto de vista tal facultad, sino que todo conocimiento obedece a una determinada "perspectiva", es decir a un punto de vista particular distinto en cada especie. La especie humana, presta atención a todos aquellos estímulos que son necesarios para su preservación, desoyendo otros
25. El conocimiento último de las cosas es posible, dado que para Nietzsche la totalidad de lo real está en permanente quietud, con lo cual el conocimiento de toda substancia última es posible.
26. Por esta causa son excluidas categorías metafísicas como las de substancia, finalidad y unidad entre otras, siendo las mismas meros productos del arte de simulación del intelecto, que debe construirlas para poder atrapar por medio de estos esquemas, una realidad, que en perpetuo devenir es en sí misma inatrapable.
27. Las leyes de la naturaleza son construcciones fantásticas; meras apariencias. El conocimiento tiene su condición más íntima en la necesidad de dar un significado estético a la existencia
28. Hay leyes. Existe el mundo en sí mismo. El mundo es puramente racional, presenta idénticos aspectos bajo diferentes condiciones. Desde cada punto el mundo es esencialmente igual.
29. Pero la ciencia puede ser pensada estéticamente. Nietzsche subraya el aspecto constructivo, interpretativo de la investigación científica.
30. Nietzsche presenta el origen de lenguaje como producto del instinto natural, el lenguaje conceptual satisface las necesidades del rebaño. El lenguaje es símbolo de las apariencias, no puede expresar el corazón de las cosas. No hay un lenguaje que exprese la esencia de las cosas sino la ilusión que crea la fantasía.
31. Nuestras ficciones que expresamos con palabras reflejan la realidad objetiva. La verdad existe por sí sola, somos nosotros quien hablamos de ella.
32. La verdad es un mito filosófico escondido detrás de lenguaje. El lenguaje da la forma del pensamiento
33. El resultado de las ficciones antropomórficas que creamos constituye la expresión metafísica de lenguaje como conocimiento de la realidad. Nietzsche rechaza esta concepción de lenguaje como conocimiento de la realidad y señala que la relación entre lenguaje y realidad es mediata, convencional y metafórica
34. El concepto no tiene su origen en un impulso creativo, no es una invención, no es una poetización de la realidad.
35. El hombre introduce un orden sistemático del mundo para hacerlo accesible a sus necesidades: la moral y la religión son creaciones lingüísticas para superar el caos. Las cosas no son más que ilusiones y falsificaciones
36. el entendimiento es caracterizado como un "aparato simplificador", cuya tarea, en una primera fase, es elaborar los conceptos y las palabras a partir de la multiplicidad de impresiones. En una segunda fase, a partir de los conceptos más elementales, forma ideas cada vez más generales en una gradación, llegando a los conceptos más abstractos, propios de la filosofía. Con el desarrollo de la cultura y del lenguaje este origen es olvidado, tomándose estos conceptos por adecuados y verdaderos, es decir por coincidentes con una realidad externa. Esta situación se vuelve más grave medida que el intelecto crea conceptos más abstractos para abarcar toda realidad, con lo cual se cae en una clase de autoengaño y automentira.
37. Nietzsche acepta la posibilidad de una intuición intelectual que captaría lo que sea "la cosa en sí" o la esencia de las cosas. Existe según su punto de vista tal facultad, todo conocimiento obedece a una idéntica "perspectiva", es decir a un punto de vista igual en cada especie
38. El entendimiento copia la realidad en la misma medida en que la crea, y los instrumentos privilegiados de que se vale para ello son el lenguaje y el símbolo, esos geniales mediadores entre un objeto que pone el sujeto y un sujeto no menos construido por el objeto y por los genios de esa mediación imposible
39. La unicidad de la verdad, la supuesta objetividad de ciertas formas de conocimiento no son, pues, sino productos de una eficaz actividad persuasiva. En particular, la retórica científica consigue el doble efecto de, por un lado, convencernos de que su interpretación es la única verdadera, y, por otro lado, persuadirnos de que no estamos siendo persuadidos, hacernos olvidar que tras el concepto más redondo se oculta siempre una metáfora, una producción poética.
40. El conocimiento es, pues, y constitutivamente, una forma de olvido, de desconocimiento

"¿Qué es entonces la verdad?"

"¿Qué es entonces la verdad? Una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora ya consideradas como monedas sino como metal" F. Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. & 8
1. Explica el concepto de “verdad” que hay en el texto
PALABRAS CLAVE:antropomorfismos, verdad, metáforas, metonimias, verdad y uso social, nihilismo, ilusión.
El texto de Nietzsche aclara inmediatamente el tema sobre el que va a dar una nueva versión y una nueva perspectiva: "Qué es entonces la verdad". La respuesta viene escalonada por varias premisas, que confluyen en una conclusión:
1. "Una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos".
2. "Una suma de relaciones humanas extrapoladas y adornadas que un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes"
3. La conclusión y, por tanto la principal propuesta del texto es: "Las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son".
Es decir que lo que ahora llamamos verdad, como si fuera una correspondencia, un reflejo de la realidad o del mundo que nos rodea -como pensaran ingenuamente los filósofos antiguos- es en realidad un conjunto,"una hueste en movimiento de metáforas, metonimias y antropomorfismos".
Con las metáforas designamos realidades con nombres que pertenecen a otros campos o experiencias más fáciles de comprender, en función de la relación de semejanza que observamos entre ellas.
Con las metonimias designamos realidades con nombres que pertenecen a otros campos en función de su proximidad en el espacio o en el tiempo.
En los antropomorfismos, designamos realidades de la naturaleza o del mundo exterior como si fueran atributos o partes del ser humano.
Nietzsche nos indica con toda claridad que estas metáforas y figuras retóricas no son un fiel reflejo de la realidad, ni una percepción inmaculada de la misma; sino que representan un acuerdo arbitrario entre los seres humanos para designar la relación entre una realidad exterior y el impacto o excitación que nos produce. Son las medidas o los mapas que nos fabricamos para conocer el mundo.
Si consideramos, por ejemplo, una piedra como realidad exterior; podemos decir que la piedra es dura; automáticamente consideramos esta afirmación como verdadera, cuando si la analizamos en profundidad, nos damos cuenta -como afirma Nietzsche unas líneas más arriba del texto- de que el adjetivo "duro" no es más que un conjunto de sonidos articulados que vienen a designar una excitación completamente subjetiva.
Es la costumbre y el uso lo que refuerza el valor de estas metáforas, de manera que son aceptadas socialmente como verdaderas. Ésta es otra importante propuesta de Nietzsche, la verdad responde a un uso social, y es fundamentalmente lo que una sociedad o un grupo acepta: "Una suma de relaciones humanas que después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes".
Por esta razón concluye que "las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son". La lengua se transmite de padres a hijos, de generación en generación, y con la tradición y el uso, las personas olvidamos el auténtico origen metafórico de las cosas que designamos como verdades, por eso en realidad son meras "ilusiones", es decir, engaños, vanas supersticiones, que nos llenan de una falsa felicidad.
En este texto la palabra ilusión adquiere un sentido completamente nihilista, que va más allá de la valoración moral entre decir la verdad o engañar. En realidad la verdad tiene un sentido extramoral, afirma Nietzsche en el título de la obra a la que pertenece el presente texto. Si observamos su genealogía, es decir su origen, de dónde proviene, nos damos cuenta que aquello que la sociedad llama "verdad", no es más que una ilusión, un engaño.
Al final del texto, Nietzsche resume esta propuesta fundamental con una metáfora brillante y aclaratoria: "las verdades son metáforas que se han desgastado, monedas que al usarse han perdido su troquelado y ya no son monedas sino metal". El hecho de que lo que llamamos "verdad" sea una mera "ilusión", introduce el tema del nihilismo en el pensamiento de Nietzsche como transmutación de los valores aceptados por la sociedad.

Verdad: significa la realidad misma de las cosas. Se distingue la verdad ontológica, última esencia de la realidad, lo que es en sí mismo o noumeno. (Este significado es negado por Nietzsche en el texto, y es considerada una ilusión metafísica).
Verdad gnoseológica, adecuación entre la mente humana y la realidad exterior.
Verdad lógica, es la validez formal o relación necesaria entre las premisas y la conclusión.
La verdad moral es el acuerdo con las leyes morales, y la veracidad es el hábito o virtud de no mentir. Para Nietzsche la verdad es un acuerdo social, que no responde a la realidad, una mera ilusión o un engaño nihilista.
Ilusión: es una situación de engaño, que se produce cuando aceptamos hechos que nos halagan pero que se encuentran más allá de nuestras posibilidades. Según el pensamiento de Nietzsche son el fundamento del nihilismo.
Nihilismo: del latín nihil que significa nada. El nihilismo no es sólo un escepticismo, negación de todo conocimiento de la realidad. El nihilismo es la constatación de que todos los valores y verdades de la llamada civilización occidental son mentira, son un engaño, y por tanto deben ser transformados, y sustituidos por los valores vitalistas. La cima o esencia del nihilismo nietzscheano, se encuentra en el concepto de muerte de Dios. En Dios se sintetizan los valores occidentales falsos, que deben ser transformados.

2- Explica la frase “(el hombre) Olvida... las metáforas intuitivas originales en cuanto metáforas y las toma por las cosas mismas”. VER RESPUESTAS 30-31

viernes, 25 de abril de 2008

CRÍTICA A LA EPISTEMOLOGÍA TRADICIONAL

Crítica A LA VALIDEZ DE LOS CONCEPTOS

El nivel más elemental de la utilización de la razón es el de los conceptos: son los depositarios de los significados mediante los que describimos las propiedades de las cosas.

La filosofía ha considerado siempre que la realidad puede representarse correctamente mediante conceptos, que éstos reflejan la realidad, y que las relaciones entre los conceptos son capaces de representar las relaciones entre las cosas. Para ello, y de modo más o menos explícito, aspiró a la definición precisa de cada término, al rigor en el uso de las palabras y a su aplicación unívoca y no metafórica. Consideraba que entender una realidad es subsumirla en un concepto, es disponer de un concepto para comprenderla. Cuando utilizamos la palabra “árbol” en un sentido no metafórico (por ejemplo, para hablar tanto de los pinos como de los manzanos) suponemos que en lo que llamamos pino están presentes también las cualidades fundamentales descritas con dicha palabra, y que en lo que llamamos manzano están presentes también las mismas cualidades. Pero si son dos cosas distintas esto que llamo manzano y esto que llamo pino ¿cómo es posible que también sean iguales? La tradición filosófica resolvía este problema indicando que en ambos, el manzano y el pino, encontramos dos formas de ser: la esencia o conjunto de propiedades básicas, presentes también en otras entidades individuales (en este caso, en todas que reciben el nombre de árbol), y los rasgos accidentales que dan lugar a las diferencias entre individuos de un mismo género. Pero, ¿qué podríamos pensar si considerásemos que no existen las esencias, si creyésemos que en la realidad no hay nada que sea absolutamente idéntico entre dos objetos?; y más aún, ¿qué podríamos pensar si considerásemos que ni siquiera un objeto es idéntico a sí mismo puesto que cambia, aunque tal vez de forma imperceptible, a lo largo del tiempo?

Ésta es precisamente la tesis de Nietzsche: en el mundo no existen esencias, no existe un rasgo (o varios rasgos) que se encuentre en todos y cada uno de los individuos; ni siquiera existen los objetos, pues la identidad que nosotros les atribuimos, su ser los mismos con el paso del tiempo, es una consecuencia de nuestro modo substancialista de representarnos la realidad.

Como dice en “Sobre verdad y mentira en sentido extramoral”, formamos los conceptos de las cosas al abandonar las diferencias individuales, las notas distintivas. Dada esta creencia, que el propio Nietzsche reconoce heracliteana, no es extraño que para este filósofo el pensamiento conceptual no sea un buen recurso para expresar la realidad. No es posible que la misma palabra sirva para referirnos adecuadamente a dos cosas distintas, porque si cubre adecuadamente la realidad de una de ellas no puede cubrir también la de la segunda, ya que la primera es inevitablemente distinta de la segunda (puesto que no existen las esencias o las realidades universales presentes en varios objetos). Recordemos las diferencias entre el uso unívoco, equívoco y análogo de una palabra: una palabra se usa de forma unívoca para referirse a dos objetos cuando la utilizamos exactamente con el mismo significado en los dos casos, cuando los significados fundamentales que se incluyen en ella se los atribuimos a los dos objetos, como cuando decimos que la figura que llamamos isósceles es un triángulo y la que llamamos equilátero es un triángulo; la usamos de modo equívoco cuando la utilizamos con significados distintos, cuando la predicamos de dos cosas sin que tengan un significado común (gato como animal y gato como una máquina para levantar pesos a poca altura); finalmente, una palabra se usa de un modo análogo o metafórico cuando no la utilizamos con su significado propio sino en parte distinto y en parte igual, como cuando Descartes utiliza la metáfora del árbol para referirse a la totalidad de los saberes humanos y a sus relaciones. Los significados de las palabras describen las propiedades de las cosas; de este modo, el uso unívoco de las palabras supone que dos cosas distintas deben tener las mismas propiedades, el uso análogo o metafórico en parte las mismas y en parte distintas, y el equívoco ninguna propiedad en común. La idea de la realidad que tiene Nietzsche induce a pensar que no podemos utilizar las palabras de un modo unívoco; lo más que concede Nietzsche es el uso análogo o metafórico del lenguaje: la metáfora es mejor modo de captar la realidad que el concepto preciso pues la metáfora implica desigualdad entre los objetos, no presenta significados sino que los sugiere, deja abierta la posibilidad al oyente o lector de que él mismo complete el significado a partir de su propia experiencia del mundo. Por esta razón, es perfectamente comprensible el estilo que emplea Nietzsche para expresar sus ideas filosóficas: no demuestra ni argumenta pues no cree en la demostración, no expone sistemáticamente su filosofía pues no cree que el mundo sea un sistema o totalidad ordenada, no emplea con precisión ni rigor los conceptos, emplea la sugerencia, la metáfora, el aforismo. Para Nietzsche, el arte es un medio más adecuado de expresar el mundo que la filosofía.

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jueves, 17 de abril de 2008

CRÍTICA A LA METAFÍSICA TRADICIONAL

Nietzsche considera que el error fundamental de toda la metafísica desde Sócrates está en la invención de un mundo racional y la desvalorización de lo opuesto a ese mundo racional, el que se ofrece a los sentidos, el mundo del devenir.
La crítica de Nietzsche a la metafísica occidental se centra en dos aspectos: el relativo a la aparición de la metafísica occidental y el relativo a sus conceptos fundamentales:
1) Conceptos básicos de la metafísica tradicional: la filosofía presenta una idea del mundo totalmente inadecuada: en primer lugar y de modo fundamental por considerar al mundo como un cosmos y no como un caos, por creer en la racionalidad intrínseca de la realidad.
La invención del Mundo Racional trae consigo la invención de los conceptos básicos de toda la metafísica tradicional: entidades “racionales” como esencia, substancia, unidad, alma, Dios, permanencia, ...; estas entidades son puras ficciones, nada nos garantiza su existencia, como no sea el prejuicio y el poder fascinador del ejercicio de la razón.
Dado que el mundo que se muestra a los sentidos no presenta estas características pues éstos nos ofrecen la corporeidad, lo cambiante, la multiplicidad, el nacimiento y la muerte, los filósofos acaban postulando la existencia de dos mundos, el mundo de los sentidos, pura apariencia, irrealidad, y el Mundo Verdadero, el Ser, dado a la razón, y horizonte último de nuestra existencia. Esto es precisamente lo que Nietzsche llama “platonismo”. Una consecuencia de la invención del Mundo Verdadero es la valoración positiva del mundo del espíritu y la valoración negativa de la corporeidad. La filosofía tradicional (filosofía que ha dominado todo el mundo occidental, aunque se haya expresado de un modo distinto en distintos autores) comienza con Platón, quien se inventa un mundo perfecto, ideal, absoluto, al que contrapone el desvalorizado mundo que se ofrece a los sentidos. Platón identifica el Ser con la realidad inmutable, estática, absoluta y relega al mundo de la apariencia lo que se ofrece a los sentidos (lo cambiante, la multiplicidad, lo que nace y muere). La filosofía posterior acepta este esquema mental básico, aunque lo exprese con distintas palabras.
2) El nacimiento de la metafísica occidental: cuando se explica la aparición de la filosofía en el mundo griego es común señalar que la gran aportación de esta época es el descubrimiento de la racionalidad en el mundo. Las cosas se describen como si antes del siglo VI a. C. (fecha de la aparición de la filosofía) la realidad ya fuese racional, circunstancia olvidada por la actitud mítica y, sin embargo, puesta en evidencia por los primeros filósofos griegos. Es común indicar que los primeros filósofos descubren el mundo como una totalidad ordenada, descubren que es un cosmos y no un caos. El punto de vista de nuestro autor es radicalmente contrario a esta interpretación: los griegos inventan la racionalidad y el supuesto carácter ordenado del mundo. Nietzsche considera que en la aparición de la metafísica occidental encontramos dos elementos básicos: uno de índole psicológico, y otro, la fe en el lenguaje
· origen psicológico de la metafísica: la metafísica es un signo de determinadas tendencias antivitales, de tendencias guiadas por un instinto de vida decadente y contrario al espíritu griego anterior. Sólo la falta de instinto, el tono vital disminuido, permitió la exageración del papel de la razón, de la vida consciente, y la aparición de las fantasías metafísicas consecuencia de esta hipertrofia de la razón: el Mundo Verdadero, Eterno, Inmutable propuesto por los primeros filósofos, particularmente a partir de Sócrates y Platón. La raíz moral (inmoral, dirá Nietzsche) que motivó la aparición de la filosofía platónica fue el temor a la mutación, la muerte y la vejez, lo que le condujo a inventarse un mundo en donde no estén presentes dichas categorías. Las categorías metafísicas como substancia, ser, esencia, unidad, son puras invenciones para en ellas encontrar el reposo, la regularidad y calma que realmente no sugiere el único mundo existente, el que se ofrece a los sentidos. La metafísica platónica –y en el fondo, toda la occidental– es un síntoma de resentimiento ante el único mundo existente, miedo al caos;
· influencia de la gramática para Nietzsche el lenguaje da lugar a una visión errónea de la realidad:
· la mayoría de las frases de nuestro lenguaje tienen la estructura sujeto-predicado, estructura que da pie a una interpretación substancialista de la realidad: en el mundo existen cosas, unidades definidas por características que le son propias y que las hacen distintas de las demás;
· en nuestro lenguaje son fundamentales las frases con el verbo ser, verbo que favorece la idea de la existencia de entidades dotadas de rasgos permanentes, de substancias;
· con el lenguaje hablamos de distintas cosas mediante las mismas palabras, lo cual parece suponer que existen semejanzas entre ellas, cuando no identidad. Dado que con el lenguaje atribuimos ser a las cosas, que mediante los conceptos –las “células” básicas del lenguaje– creemos posible referirnos a lo universal, el lenguaje favorece también la creencia en la existencia de esencias, de naturalezas universales (recordemos que para el propio Platón la existencia de términos universales como los nombres comunes, los adjetivos o los sustantivos abstractos lleva necesariamente a creer en la existencia de las naturalezas universales a las que llama Ideas).
Si nuestra gramática fuese distinta, nuestra forma de entender el mundo sería también distinta. Sólo la superación de la creencia en la gramática puede superar también la concepción típica de la metafísica tradicional.

DECADENCIA OCCIDENTAL

Para entender la crítica de Nietzsche a la cultura occidental es preciso fijarse en varios momentos de su historia:

1. Mundo griego hasta el siglo de Pericles (s. V a.C.): ya en su escrito de juventud “El nacimiento de la tragedia”, Nietzsche señala que la época de esplendor del mundo griego era la época anterior a la aparición de la filosofía. La razón por la que Nietzsche hace esta valoración estriba en que cree que en este momento histórico no se ocultan dimensiones fundamentales y trágicas de la vida (lo irracional, el caos, la temporalidad, la enfermedad y la muerte). Las dos grandes construcciones espirituales de la época, el arte trágico y la religión politeísta, junto con la moral de la excelencia y del valor, la moral heroica, no eran contrarias a la vida sino su afirmación, y en el caso del arte y de la religión, su expresión simbólica, expresión que adquiere su máxima densidad en la reivindicación de lo dionisíaco
2. Inicio de la decadencia: Eurípides, Sócrates y Platón. Decimos de algo que es decadente cuando manifiesta una perdida de valor, fuerza o vigor respecto del “tono” vital anterior. Esto es precisamente lo que ocurre con estos autores, pues, según Nietzsche, con ellos comienza la cultura occidental y la decadencia respecto del tono vital anterior; dan lugar al “platonismo”, o creencia en la existencia de un Mundo Verdadero, Objetivo, Bueno, Eterno, Racional, Inmutable, y el desprecio de las categorías de la vida (el cuerpo, la sexualidad, la temporalidad, el cambio, la multiplicidad e individualidad,...). Con ellos comienza la Ciencia y la Metafísica y ellos crean el marco adecuado para la aparición de la Religión y la Moral.

3. Presencia del cristianismo: el cristianismo es totalmente fiel a la filosofía platónica (“platonismo para el pueblo”, dice Nietzsche, filosofía platónica expresada en términos sencillos y accesibles a todo el mundo). Con el cristianismo las ideas que antes estaban presentes en un reducido número de personas, los filósofos, se extienden a todos los hombres. El dualismo ontológico, el dualismo antropológico (una tesis particular en el marco general del dualismo ontológico) pasan a ser de dominio público. El mundo inteligible de Platón pasa a ser lo Infinito o mundo divino, el mundo sensible el mundo terrenal, el alma se opone al cuerpo. Distintas palabras para, en el fondo, las mismas ideas. El cristianismo influirá en la filosofía puesto que, opina Nietzsche, todos los filósofos son en el fondo teólogos. Con el cristianismo comienza también la moral de los esclavos.

4. Edad Moderna: con la Edad Moderna comienza la crisis del “platonismo” y del cristianismo. La propia filosofía prepara la “muerte de Dios”: el empirismo, la Ilustración y, ya en el siglo XIX, el materialismo cada vez más pujante muestran el carácter ilusorio de las creencias anteriores.

5. Actualidad: la Edad Contemporánea acentúa la crisis iniciada en la Modernidad, y Nietzsche encuentra en la “muerte de Dios” el fundamento básico de esta crisis. Estamos en un momento crítico: aquello que había servido de orientación a toda la cultura (pero que era pura invención) desaparece del horizonte y el hombre se encuentra desorientado. Tal vez anticipándose a las grandes catástrofes del siglo XX, Nietzsche anuncia inminentes convulsiones sociales y guerras dramáticas, de una intensidad y capacidad destructiva desconocidas. Pero este momento crítico en el que nos encontramos es, a la vez, necesario para la aparición de una nueva forma de estar en el mundo. Es necesario para la aparición de un hombre nuevo (el superhombre) y de una nueva concepción de la vida (la que descansa en la comprensión de la voluntad de poder como la esencia de la realidad).
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martes, 15 de abril de 2008

Ideas principales

La obra "Sobre verdad y mentira en sentido extramoral" la publicó Nietzsche en 1873 . En ella expresa su firme decisión de dedicarse plenamente a la filosofía, partiendo de una crítica nihilista de toda la producción filosófica occidental que empieza con Sócrates, Platón y Aristóteles. Comienza con esta fábula: "En algún apartado rincón del universo centelleante; desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que los animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero y falaz de la "Historia Universal"; pero a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer"

Nietzsche quería dar una idea de lo caduco y estéril que es el intelecto o inteligencia humana dentro de la naturaleza. Durante eternidades no existió, y cuando de nuevo se acabe todo, no habrá sucedido nada, puesto que para ese intelecto no hay ninguna misión más allá de la vida humana. El ser humano, no es más que eso: humano, pero tiende a engañarse y piensa que todo el mundo gira alrededor de él mismo. Ese orgullo ligado al conocimiento es la causa del engaño acerca de su propia existencia al supervalorar su ciencia o conocimiento mismo. La inteligencia como medio de conservación del individuo, desarrolla sus fuerzas, fingiendo, mintiéndose a sí mismo y a los demás, por esto Nietzsche se sorprende de que haya surgido en los seres humanos el amor a la verdad. Y es aquí donde por primera vez realiza un ejercicio de genealogía y de nihilismo.

El primer impulso hacia la verdad interesada procede de la necesidad. En estado salvaje o de naturaleza y ante la amenaza de los demás, los seres humanos utilizan la inteligencia para fingir; pero esta situación no es soportable indefinidamente. Obligados por la necesidad, deciden sobrevivir en sociedad, y para ello realizan un contrato social que evite la guerra de todos contra todos, (la misma idea de Rousseau). En ese tratado de paz se acuerda y fija lo que a partir de entonces ha de ser verdad: se inventa una designación de las cosas que sea válida y obligatoria para todos, dándole al lenguaje fuerza de ley para decidir qué es verdad y qué es mentira. El mentiroso utiliza incorrectamente las designaciones que son socialmente válidas, dirá por ejemplo "soy pobre" cuando la designación correcta de su estado es la de "rico". Esta mentira no producirá rechazo en la sociedad mientras que no sea interesada y ocasione algún perjuicio.

Las personas no detestan las mentiras, sino sus perjuicios, del mismo modo que no aman la verdad, sino sus consecuencias agradables. Por otro lado, tampoco el lenguaje expresa completamente la realidad. Una palabra es la reproducción en sonidos de un impulso nervioso. El lenguaje sólo puede designar las relaciones de los humanos entre sí y con las cosas por medio de metáforas, metonimias y antropomorfismos. El ser humano se convierte en medida de todas las cosa; cayendo en el error de creer que tiene las cosas delante de manera inmediata, como objetos puros olvidando su origen metafórico. No existe una ley de la naturaleza que no sea proyección de nuestros conceptos y relaciones de espacio, tiempo y número.

Esta obra contiene en germen las afirmaciones más importantes de toda la obra nietzscheana: el nihilismo, la transmutación de los valores, la muerte de Dios, etc. Y pone las bases de una nueva perspectiva: el vitalismo, la voluntad de poder y el superhombre.

lunes, 14 de abril de 2008

Tirando del carrito: Paul Rée, Nietzsche y Lou Andreas-Salome

Soluciones preguntas

1- ¿Con qué adjetivos califica Nietzsche al intelecto humano, al conocimiento? ¿Qué papel juega éste para el ser humano? A lo largo de estos tres párrafos encontramos que el conocimiento humano es calificado como lamentable, sombrío, caduco, inútil, arbitrario, meramente humano, no conduce a nada más allá de la vida humana, falso, engañador, ficticio, superficial. Así pues, es calificado como algo que no cumple la función que se pretende, que no llega a mostrar lo que pretende mostrar ("inútil, falso, engañador, ficticio"). Y algo que, en el conjunto de la realidad, en el conjunto de la vida, es insignificante, pues sólo sirve al ser humano. Cuando éste se acabe, también lo hará el conocimiento sin que nada en el universo sufra la más mínima alteración ("meramente humano, no conduce a nada más allá de la vida humana"). Y, sin embargo, el ser humano se siente orgulloso de ese intelecto hasta el punto de mostrarse soberbio. Esta soberbia, según Nietzsche, es una de las causas de la acción de "poner niebla cegadora sobre los ojos y los sentidos de los hombres". Ni siquiera, pues, podemos confiar en los sentidos, en el conocimiento de lo sensible. La única función real del conocimiento es permitir la supervivencia del ser humano, el animal más débil e indefenso de todos, que ha necesitado inventar tal recurso para imponerse a los otros animales y sobrevivir aunque sea sólo por un tiempo limitado: es un "medio para la conservación del individuo", su única ayuda en la lucha por la existencia.

2- Explica qué afirma Nietzsche sobre el mosquito, el mozo de cuerda y el filósofo. Nietzsche afirma que, si nos ponemos imaginariamente en el lugar de un mosquito (un animal absolutamente insignificante para nosotros), nos daremos cuenta de que, para él, el centro del mundo es él mismo, el mundo se percibe, se entiende, se ordena, desde él mismo. Igualmente, cualquier ser humano, por insignificante que sea el valor que se le reconoce socialmente (un mozo de cuerda pertenece a los estratos más bajos de la sociedad; su actividad no tiene, para la sociedad, nada digno de admiración), necesita sentirse alguien a través del reconocimiento que los otros le muestran en su trato, incluso ser admirado por ellos. Si esto es así con el mozo de cuerda, mucho más con el filósofo, cuyo trabajo se piensa que constituye una de las actividades más elevadas e importantes para la humanidad. Sentirá que es el centro de todas las miradas, que el resto de sus congéneres están pendientes de su actividad y de sus producciones, y que él mismo es imprescindible para el buen funcionamiento de la sociedad. Con estos tres casos Nietzsche nos quiere mostrar que cualquier ser vivo pretende ser lo más importante que existe en el mundo. O lo que es lo mismo, que el valor de los individuos (y de las cosas) es relativo. No hay un punto de vista fijo, obligatorio, desde el que realizar tal valoración. Para cada individuo dicho punto reside en sí mismo. Por lo tanto, no tiene sentido que el ser humano se crea que el mundo gira a su alrededor. El mundo, la realidad, es algo mucho más amplio, y las personas sólo somos un punto insignificante en ese contexto. Y con ello, el conocimiento, eso de lo que el ser humano se siente tan orgulloso y cree esencial para la vida y el mundo en general, no es más que un momento pasajero e insignificante dentro del devenir de la naturaleza. Sin él, y sin el ser humano, todo seguiría igual, nada cambiaría. Por eso califica de patética esa actitud por la que nos creemos algo importante, único; esa actitud de soberbia por la que pensamos que nuestro conocimiento es algo elevado, supremo, imprescindible. Para Nietzsche, el engaño, la adulación, la mentira, el fraude, las habladurías, la hipocresía, el enmascaramiento, el convencionalismo encubridor, el teatro ante los demás y ante uno mismo, la vanidad, etc. constituyen la ficción sobre la que se construye el conocimiento. Esto significa que no importa cómo son las cosas en realidad, cómo es el mundo, sino cómo es mejor que parezca que sean, con el único fin de sobrevivir, de conservarse en la existencia.

4- Explica la frase “Están profundamente sumergidos en ilusiones y ensueños, ... jugar un juego de tanteo sobre el dorso de las cosas.” Nietzsche alude aquí a algo que será central: la imposibilidad de conocer la verdad de las cosas. El resultado del proceso de conocimiento no es sino "ilusión y ensueño", representaciones falsas, por tanto, de la realidad. El ser humano sólo accede a una parte mínima y superficial de esa realidad. Los sentidos, que son las ventanas abiertas a aprehender esa realidad, se "deslizan" sobre lo que pretenden captar sin penetrar, sin calar, en ello. Y además se contentan con ese papel, no aspiran a conocer la verdad, sino que les es suficiente recibir los estímulos y quedarse con lo aparente, "jugar", "tantear", en la superficie, en el "dorso de las cosas".

5- ¿Qué dos perspectivas sobre el conocimiento de uno mismo aparecen en las últimas líneas del §3? Por una parte está el conocimiento de la parte fisiológica del ser humano (las circunvoluciones de los intestinos, el flujo de la corriente sanguínea, las contracciones de sus músculos o fibras), y con ello toda su parte instintiva, lo que su biología le imprime. Por otra, está la "conciencia orgullosa y embaucadora", lo que el ser humano ha construido sobre sí mismo al margen de aquella parte: lo espiritual, la autoconciencia, el yo, el sujeto. Esta parte, nos dice Nietzsche, ha encerrado y recluido a la primera parte, la cual resulta ser la gran desconocida.

6- ¿Qué quiere decir Nietzsche con la metáfora de la llave? El ser humano ha tirado la llave con la que se podía acceder a cierto conocimiento de esa otra parte pulsional e instintiva, no quiere saber nada de ella, aunque ella es la auténtica realidad. Prefiere vivir en la mentira, en el error, y construirse una imagen ficticia de sí mismo, a aceptar esa otra realidad que nos constituye: lo despiadado, lo codicioso, lo insaciable, lo asesino, elementos todos ellos que están en esa nuestra parte pulsional.

7- La metáfora “el ser humano...está pendiente en sueños del lomo de un tigre” es la continuación de la metáfora anterior: la llave que nuestra "conciencia orgullosa y embaucadora" tiró para no saber nada de nuestra parte instintiva. El tigre es, precisamente, el símbolo de esa parte instintiva y pulsional, la pasión desbordante e irracional, a la que no se puede domesticar. Y el ser humano descansa a lomos de ese tigre pero de modo inconsciente, "en sueños". Es esta parte la que constituye la verdadera naturaleza del ser humano, el cual vive en un mundo irreal mirando hacia otro lado. Si se atreviese a mirar hacia abajo, podría descubrir esa su auténtica realidad. Pero esa curiosidad sería, según Nietzsche, funesta, pues habría de reconocer en sí mismo lo peor.