lunes, 26 de noviembre de 2007

Vida

VIDA DE DESCARTES
René Descartes nació el 31 de Marzo de 1596 en La Haya, una ciudad de (Francia), , en una familia de funcionarios de la baja nobleza.
Su padre era consejero del Parlamento de Bretaña.
De su madre, que murió un mes después de su nacimiento, heredó una tos seca y una fisonomía pálida, que mantuvo hasta los veinte años, además de una fortuna que le permitió vivir con independencia económica. Como era un niño delicado, se daba por supuesto que no viviría mucho tiempo. Sin embargo él dedicó su forzosa inactividad a satisfacer una temprana pasión por el estudio.
A los diez años, su padre lo envió a La Flèche, un colegio de los jesuitas recientemente inaugurado en Anjou, en donde permaneció ocho años y medio y en el que recibió una educación excelente que abarcaba la Lógica, la Filosofía moral, la Física y la Metafísica, la Geometría Analítica y el Álgebra Moderna, así como una cierta familiaridad con el recientemente descubierto telescopio de Galileo Una de las cualidades más llamativas de Descartes fue su fluidez mental
Cuando cumplió los veinte años, una vez graduado en leyes por la Universidad de Poitiers, Descartes fue a París. Allí se convirtió en un joven elegante y desocupado. No obstante, sus pensamientos pronto volvieron a preocuparse por las Matemáticas y la Filosofía
En 1618, Descartes se alistó en el ejercito del príncipe de Orange como caballero voluntario. Fue enviado a la guarnición de Breda, en Holanda
Un día -el 10 de noviembre de 1618- se encontró con un grupo de gente arremolinada ante un cartel que se hallaba expuesto en la calle. Estaba escrito en flamenco y Descartes, dirigiéndose a una de las personas del grupo, le pidió que se lo tradujera al latín o al francés. El cartel era un desafío que instaba a los que lo leían a resolver el problema matemático que en él se proponía. La persona a la que Descartes se dirigió para que se lo tradujera era Isaac Beeckman, uno de los matemáticos más eminentes del país. Descartes resolvió el problema y presentó su solución a Beeckman, quien reconoció al instante su genio matemático
Exactamente un año después de su encuentro con Beeckman, Descartes tuvo una famosa experiencia, quizás la más importante de su vida y, sin duda, la más dramática. Se había alistado en el ejercito del duque de Baviera, otro de los aliados de Francia en la Guerra de los Treinta Años, y se hallaba en los cuarteles de invierno en un remoto lugar a orillas del Danubio. El día 10 de noviembre, abstraído en sus pensamientos, se encontró completamente solo en la famosa poèle (literalmente "estufa", pero que, de hecho, significaba habitación caldeada). En el transcurso de aquel día había tomado importantísimas decisiones. En primer lugar, decidió que debía dudar metódicamente de todo lo que sabía acerca de la Física y de los restantes conocimientos organizados, y que debía encontrar ciertos puntos de partida evidentes en sí mismos que le permitiesen reconstruir todas las ciencias. En segundo lugar, decidió que, de la misma forma que una obra de arte o de arquitectura perfecta es siempre el producto de una sola mano maestra, así él debía llevar a cabo, por si solo, su programa.
Siguió como mercenario hasta 1622
Después, durante algunos años, se dedicó a viajar recorriendo Europa desde Polonia a Italia.
En 1625 regresó finalmente a París. Trabajó en su "matemática universal" y se embarcó en especulaciones sobre gran cantidad de cuestiones diversas que iban de la psicología moral a la prolongación de la vida. Al igual que a sus ociosos contemporáneos, el torbellino de la vida social, la música, las lecturas frívolas, y el juego le distraían de tales cometidos. Su padre llegó a expresar la opinión de que "no valía para nada, salvo para acicalarse".
En Octubre de 1628, Descartes partió hacia Holanda, en donde permaneció el resto de su vida, salvo tres breves visitas a Francia y su viaje a Estocolmo en 1649, el último que realizaría. Evitó la compañía de todo el mundo salvo la de sus amigos y discípulos, y dedicó su tiempo a la aplicación de sus principios a la filosofía, la ciencia y las matemáticas y a la divulgación de sus conclusiones.
Un año después de haber abandonado Holanda, aceptando la invitación de la reina Cristina de Suecia, murió en Estocolmo en febrero de 1650.

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